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Después de los acontecimientos narrados,
tuvimos que plantearnos la forma de conseguir que la empresa pudiera salir del
negro y profundo pozo en que estaba cayendo desde hacía ya algunos años y que,
a causa de decisiones como las relatadas, se iba tornando, más que en un pozo,
en una enorme sima sin fondo, que difícilmente podría ser remontada sin un
drástico golpe de timón.
Un buen día, a primeros del mes de
febrero y siguiendo la ya tradicional costumbre de nuestras periódicas
reuniones de los martes por la tarde. (Aquí me gustaría hacer una pequeña
referencia a algo que, a pesar de hacerse con la mejor voluntad del mundo,
sinceramente creo que era pernicioso. Se trata de que tanto por parte de Adolfo
como, y sobre todo, por parte de Diumenge, y debo reconocer que yo me había
dejado arrastrar en más ocasiones de lo deseable, confundían, mejor dicho,
confundíamos las horas de PRESENCIA con la EFICIENCIA.) Nos reunimos, como
siempre, Adolfo, Jorge, Sadurní, Ricardo P. Bardo, Casas, Perepoch (después de
muchos años de solicitarlo e intentarlo de todas formas, lo había conseguido,
por fin, estaba presente en estas reuniones) y yo mismo, aunque en esta ocasión
también participaron Antón Colomín Y Román Farmas, que no eran muy habituales
en estos “conclaves”.
Tomó la palabra Adolfo para iniciar la
sesión y empezó a preguntar si las piezas “de la caja de toma DX40” se habían
terminado de fabricar, si “las resistencias de 120 Ohm” habían llegado ya al
almacén, si la “antena TP56” se había enviado al cliente “Antenas Ramírez de
Lérida”, con todo ello se consumía el tiempo de forma desesperante, con la
mayoría de los reunidos aburridos y sin poder participar en las cuestiones que
se trataban y que, desde luego, podrían haber sido inquiridas en cualquier otra
ocasión durante el día y estar perdiendo el tiempo toda la Dirección de la
Empresa, pero creo que no dejaba de ser una táctica que evitaba la discusión de
temas más profundos y permitía la célebre frase de Adolfo “Esto hay que
dormirlo, la próxima semana ya lo discutiremos”. Pero, hete aquí que surgió la
sorpresa. En un momento dado y aprovechando, oportunamente, uno de los
silencios que se producían, entre pregunta y pregunta, terció Perepoch para
hacer una propuesta, que debo calificar, por lo menos como inteligente y,
además creo que si se hubiera desarrollado mejor de como se hizo, podría haber
generado, realmente, los suficientes recursos tanto tecnológicos, como
financieros, humanos y de imagen, que, probablemente, hubieran permitido salvar
la Empresa.
Perepoch tomó la palabra e inició su
exposición:
-
Industrias Greis necesita
encontrar un nuevo producto que sea capaz de conseguir un aumento de las ventas
y, al propio tiempo, debe ser de alta rentabilidad; igualmente, creo que este
hipotético producto debería tener como característica fundamental la de ser de
difícil fabricación (¿?) para otras empresas de la competencia.
Hemos estado tratando este tema con Ricardo P. Bardo y hemos
llegado a la conclusión que este producto existe y cumple con las condiciones
descritas, teniendo incluso, a juicio de Ricardo, un gran potencial para la
exportación.
Y elevando el tono de voz, prosiguió:
-
Se trata de iniciar la
investigación para desarrollar los equipos necesarios para captar la TELEVISION
VIA SATELITE.
Hizo una pausa para paladear el efecto
causado con esta propuesta, entre los reunidos y prosiguió:
-
Como Uds. Saben, el
Ministerio de Industria, a través de la Dirección General de Electrónica,
establece, anualmente, unos incentivos y ayudas los Departamentos de I+D, (Investigación
y Desarrollo) de productos electrónicos, el P.A.C. (Plan de Acción Concertada),
en unas condiciones muy interesantes. Para ello, solo deberíamos presentar una
memoria y un plan detallado de lo que pretendemos hacer y, caso de ser
aprobado, nos podrían subvencionar en un porcentaje bastante elevado del
presupuesto necesario y, en buena parte, a fondo perdido.
He preparado
algunos borradores del estudio de cuales son los productos que deberíamos
desarrollar en nuestro Laboratorio de I+D y, a partir de ahí, iniciar todo el
proceso.
En principio
creo que nuestra actuación debería dividirse en tres fases:
a) Estudio
y desarrollo de un prototipo de antena parabólica que tendría unos 3 metros de
diámetro, para captar el satélite de comunicaciones de la URSS, denominado
G-Horizon, que, en principio, es el que más fácilmente puede captarse, teniendo
en cuenta que trabaja a una frecuencia relativamente baja de 4 Ghz.
b) Estudio
y desarrollo de la L.N.C. (Low Noise Converter) o Unidad Externa, para la
transformación y adecuado tratamiento de las señales captadas.
c) Estudio
y desarrollo de antenas parabólicas de menores diámetros para cuando sean
lanzados otros satélites de mayor potencia y de distintas frecuencias. Se está
estudiando que los próximos satélites lanzados al espacio emitan a frecuencias
mucho más altas, estarán alrededor de los 11 o 12 Mhz.
Estas tres
fases, aunque diferenciadas en el tiempo, deben estar integradas en un plan
conjunto ya que es imprescindible su engarce para el buen funcionamiento del
equipo completo.
Por otra parte
y en una fase más adelantada del proyecto, se debería desarrollar una U.I.,
(Unidad Interna) o sintonizador, que en las primeras unidades, o prototipos,
podría ser utilizada de cualquier fabricante americano, japonés o europeo, pero
que, a mi entender, posteriormente deberá ser desarrollado y fabricado en
nuestra empresa.
En esencia,
esta es la propuesta que hemos querido plantear y someter a su aprobación para
poder iniciar, cuanto antes, el estudio del programa que, considero, puede
cumplir un rol fundamental en la formación del sistema de participación general
de nuestra Empresa en el contexto de la industria electrónica de nuestro país,
asimismo, mejorará la estructura de la actual organización facilitando la creación
de las directivas de desarrollo para el futuro mediante una función lógica
sistematizada.
Después de la parrafada, de la que más de
la mitad de los asistentes no se enteró de su significado, procedió a
entregarnos una corta síntesis escrita de la perorata que acababa de endosarnos
y que nos había dejado confusos, pensativos y sin ganas de responder.
Esta vez Adolfo, acertó. Tomó la palabra
para dar por terminada la reunión y convocar otra sesión, la próxima semana, en
la que debatir a fondo y con conocimiento de causa la propuesta de Perepoch y,
de ser posible, intentar presentar una cuantificación del importe de las
inversiones necesarias, un primer esbozo de las subvenciones posibles, intentar
conocer un bosquejo del incremento de gastos en el Departamento de I+D, etc. Es
evidente que seguía con su costumbre de “dejar dormir los temas”, aunque, en
esta ocasión, acertó de pleno.
Entretanto, en el Departamento
Administrativo Financiero, se había preparado un informe sobre la situación de
la Empresa, que reiteraba nuestra
posición como ya se venía comentando en los distintos informes anuales
presentados y que, a pesar de que expresaba claramente cual era la situación
real, no se le hizo ningún caso, se obvió totalmente. El informe, en síntesis,
venía a decir:
“Como ampliación al comentario
resumen de la evolución económica general de la Empresa presentado en fechas
recientes y que se desprende de los datos contables analizados, debemos
resaltar los siguientes puntos:
1.- Durante el presente ejercicio y a pesar
del incremento sustancial de las ventas que se ha producido respecto al año
anterior, los resultados serán nulos o muy posiblemente negativos, ya que no
parece probable que los incrementos acumulados de los stocks de toda clase
superen los 60 millones a que asciende el déficit de la cuenta de resultados a
30 de septiembre.
2.- Parte de estas pérdidas se están
financiando mediante la disminución del CAPITAL PROPIO de la Empresa, lo que
significa, lisa y llanamente que nos estamos comiendo el capital y las
reservas.
3.- Hemos incrementado de forma
considerable el grado de endeudamiento como se desprende del análisis de la
disminución del Fondo de Maniobra que se acusa en el Balance consolidado y que vistas y estudiadas las distintas
partidas de que se compone, se ha incrementado la deuda en más de 21 millones
de pesetas.
4.- No podemos olvidar que hemos
financiado, parte de las pérdidas
acumuladas, mediante el impago de impuestos y de la Seguridad Social. En
estos momentos este “crédito” asciende a mas de 64 millones de pesetas. ¿Cómo
lo sufragaremos?.
Todo ello motiva una serie de
reflexiones que se exponen de forma sucinta, a continuación:
a) Los mayores ingresos producidos por el
incremento de las ventas no generan beneficios debido primordialmente a dos
factores:
-
Mayor costo por hora trabajada.
-
Menor margen por incremento del descuento medio al cliente.
b) Se ha aumentado fuertemente la plantilla (más
de 60 personas). –El hecho de que se trate de contratos temporales no reduce el
nivel de gasto.-
c) Se han elevado los gastos comerciales y de
publicidad a valores que es difícil soportar en relación al nivel de
resultados: Viajes, exposiciones, ferias, obsequios, etc.
En conjunto, se puede constatar que en
el transcurso del pasado ejercicio se ha producido en la Empresa un muy
importante deterioro de la situación en relación con el ejercicio anterior.
Ello no significa que nos hallemos en
una circunstancia de carácter irreversible, nuestra capacidad estructural
(personas y medios) nos permite pensar que, en un futuro, a corto plazo puedan
corregirse muchas de las deficiencias que han motivado este estado de crisis,
financiera y de resultados que, a nuestro juicio, debemos calificar como de
“ALERTA ROJA”.
Nuestras recomendaciones serían:
-
Reducción drástica de los gastos comerciales superfluos o,
simplemente, de los que podemos calificar como no imprescindibles.
-
Estudio y consiguiente reducción de los gastos generales en
aquellas partidas que se demuestra, en este informe, son excesivos e
inadecuados.
-
Análisis con detalle de la estructura de costes, implantando un
sistema de “métodos y tiempos” que permita reducir el disparatado número de
horas que se pierden en las reparaciones de productos “fuera de cadena”,
preparaciones de maquinas, repetidas dos y tres veces en un mismo día, series
de fabricación demasiado cortas, roturas de stocks con paralización de las series
de producción, etc.
-
Consideramos, asimismo,
imprescindible establecer una auténtica planificación que se inicie en las demandas
del Departamento Comercial, seguida por el Departamento de Compras y que se
mantenga, en la Sección de Fabricación, lo más rígida posible, para evitar, las
acumulaciones de stocks de determinadas piezas, sin que ello signifique,
desgraciadamente, evitar las actuales paradas de producción. Debemos “olvidarnos”
así, entre comillas, de las demandas urgentes. Todos sabemos que si son
urgentes es por nuestra tradicional falta de producto y que, por ello, con una
buena planificación, se podrían evitar, aunque, para ello, durante una buena
temporada se deberían desestimar, salvo en casos muy especiales que deberían
ser aprobados por el Consejo de Dirección, previo informe del Director
Comercial y del Director de Fabricación.
Sabemos que cuanto queda expresado es
duro y difícil de conseguir, pero nuestras consideraciones creemos que están avaladas
por las cifras que se exponen en el adjunto estudio del Balance y que están
encaminadas, evidentemente, al relanzamiento de la Empresa y, por tanto,
debemos poner los medios que nos permitan establecer una política de
inversiones ineludible para poder implantar las nuevas tecnologías de la
televisión vía satélite que son esenciales si queremos llegar a ser una empresa
líder en nuestro campo.”
Este informe iba acompañado de
los datos contables que lo avalaban y se entregó a los principales directivos.
Por desgracia no se hizo ningún caso del mismo y se siguió con la política de
siempre, la del avestruz, esconder la cabeza debajo del ala, sin poner ningún
tipo de modificación que fuera eficaz para salir del bache en que nos habíamos
metido.
En la fecha prevista para tratar y
decidir sobre la propuesta de Perepoch, sobre la posibilidad de dedicar
nuestros esfuerzos a la investigación sobre la TV-SAT, no se pudo realizar la
reunión, ya que, a pesar de que estaba convocada con la suficiente antelación,
en esa fecha resultó que el Director Comercial Sr. R. P. Bardo, había salido de
viaje; el propio defensor Sr. Perepoch se encontraba, en calidad de ponente, en
un simposio en Madrid, lo que demuestra el nivel de “planificación y
coordinación” a que habíamos llegado. Ante tales despropósitos se aplazó hasta
nuevo aviso y sin fijar una fecha concreta.
Este aplazamiento trajo consigo el que en
el momento de realizar el debate, se habían movido los hilos bajo cuerda, por
parte de Perapoch y habían llegado a un acuerdo con Adolfo para seguir adelante
y aprobar la propuesta, con lo que el resto de los componentes de la Dirección,
una vez más quedamos fuera de juego sin más derecho que el del pataleo. A pesar
de ello, y casi como único recurso, lancé la idea de que, a pesar de haber aprobado
la propuesta de Perepoch, nos diéramos un cierto tiempo para estudiar a fondo
el informe que nos habían entregado al inicio de la sesión, puesto que no
habíamos tenido la posibilidad ni de hojearlo. Conseguí sembrar alguna duda en
Adolfo y con ello sacar adelante mi proposición.
Esto me permitió, en una segunda sesión,
resaltar algunos de los aspectos formales de la propuesta que no eran muy
claros y que, con el tiempo demostraron que se convertían en problemas que
tuvieron una muy difícil solución.
Podemos situarnos en una tarde de
mediados de marzo, negros nubarrones cubrían el cielo y un fuerte y helado
viento del norte azotaba el rostro de cuantos caminábamos por la casi desierta
calle que conduce desde la estación del ferrocarril hasta la factoría de
Industrias Greis. Daba la impresión que la climatología presagiaba malos
augurios para la que se presumía como trascendental reunión de los directivos
de la Empresa. Como se presumía que la sesión sería larga, la habíamos
convocado a primera hora de la tarde con lo que, para aprovechar el tiempo, los
integrantes del Consejo Directivo nos fuimos a almorzar a un pequeño
Bar-Restaurante cercano para tratar del resto de los temas que no tendríamos
ocasión de negociar durante la tarde.
Poco a poco fuimos llegando todos los
convocados a la reunión: Adolfo, Diumenge, Ricardo P. Bardo, Perepoch, Jorge,
Gil Galcero, Barroza y yo. La señorita Marina nos estaba esperando y nos entregó,
conforme íbamos entrando, un pequeño “dossier”, elaborado por Perepoch, en el
que figuraba un anteproyecto, una prolija explicación de lo que se entendía por
TV-SAT, junto con un presupuesto del coste total y de las inversiones a
realizar, todo ello acompañado con abundancia de gráficos y esquemas,
que mostraban, bien a las claras que la demora en convocar la reunión
tenía una finalidad bien definida. No podía haber oposición formal al asunto.
Cuando nos sentamos alrededor la larga
mesa de la Sala de Juntas, a través del amplio ventanal se vio el fulgor de un
relámpago seguido de un fuerte trueno y se desencadenó una tormenta de agua y
viento que me llevó a pensar que los elementos se habían confabulado en nuestra
contra y que no surgiría nada bueno de aquella reunión.
Despejé de mi cabeza aquellos
pensamientos y presté atención a la exposición que estaba realizando Perepoch,
desde hacía ya algunos segundos.
...
y vistas así las cosas quiero hacerles comprender que esta es una ocasión única
para el desarrollo de Industrias Greis y que, además, solo será posible si la
acometemos con decisión desde este mismo instante.
Debemos
tomar la decisión de investigar y desarrollar los equipos necesarios para la recepción de la Televisión Vía
Satélite, ya que es la tecnología del futuro. Dentro de pocos años, en todos
los domicilios
españoles se dispondrá de los medios para esta tecnología y, es ahora, cuando
debemos emprenderla.
Los
elementos que componen esta técnica son los ya conocidos por ustedes y que se
basan, en esencia, en una antena parabólica, una unidad externa o L.N.C. de
bajo factor de ruido y una unidad interna o sintonizador para su manejo por
parte del usuario.
En
la documentación que les ha entregado la señorita Marina, pueden ver que el
presupuesto preciso para acometer con ciertas probabilidades de éxito, una
empresa de esta importancia, lo he cifrado en unos 60 millones de pesetas que
cubrirían las inversiones específicas en aparatos para el Laboratorio de
electrónica, en los equipos informáticos ineludibles, tanto en cuanto se
refiere al hardware como al software, al coste de los primeros prototipos, para
realizar los cuales será necesario disponer de maquinaria apropiada, a título
de ejemplo, un torno de repulsar de hasta 4 metros de diámetro, y, mas adelante
y no está contemplado en esta previsión, un local que debe reunir una serie de
requisitos técnicos que no creo sea el momento de detallar. Tampoco se ha
tenido en cuenta el incremento de la plantilla de personal altamente cualificado,
de Ingenieros de Telecomunicaciones, Ingenieros técnicos, etc., que será
imprescindible.
Y
terminó diciendo:
Una
vez expuesto el proyecto creo que, si les parece bien, deberíamos discutirlo y,
en su caso, aprobarlo, llegando a las conclusiones que nos permitan ser
pioneros en estas nuevas técnicas de la televisión. Quedo a su entera
disposición para cuantas preguntas deseen formular.
Tomé la palabra y sin rodeos ni
divagaciones, dije:
-
Sr. Perepoch, observo, en la
forma en que se ha dirigido a todos nosotros que ya da por hecho que esta propuesta
será aceptada por esta Junta, ya que me parece observar que Adolfo ya ha
decidido, de común acuerdo con Ud., llevar adelante el proyecto. Por mi parte
debo añadir que, si logramos solucionar de forma aceptable, la financiación
necesaria para un programa de esta envergadura, creo, a falta de un estudio más profundo de las posibilidades de
tipo económico, de ayudas ministeriales, crediticias, etc., es un gran proyecto
y una muy probable solución para relanzar Industrias Greis.
Y, dirigiéndome a Adolfo, proseguí:
-
A pesar de todo, a mí
personalmente, me gustaría antes de tomar una decisión de tal envergadura,
disponer de algún tiempo para leer detenidamente el informe elaborado por
Perepoch y que nos ha entregado hace apenas una hora. Creo que no podemos
jugarnos, el ser o no ser, sin haber tenido tiempo de estudiar a fondo las
posibilidades, no técnicas, en las que no entro, sino económicas del tema.
Además, creo que una demora de 24 o 48 horas, que es el tiempo que solicito, no
significaría ningún problema. Por lo tanto propongo que se deje pendiente la
aprobación definitiva y quedemos convocados para mañana a esta misma hora.
Ante mi sorpresa, tomo la palabra Adolfo
y aceptando mi proposición dijo:
-
Creo que la moción de Jeroni
es muy acertada y yo mismo no he tenido tiempo para, ni siquiera, echar un
vistazo, a lo que nos ha presentado Perepoch, aunque, evidentemente, como bien
ha conjeturado, yo estaba al corriente de cuanto aquí se ha tratado. No
obstante, tiene razón y por lo tanto, les convoco a todos ustedes para mañana a
las cuatro de la tarde.
Y quedó todo diferido hasta el siguiente
día.
Al salir, se me acercó Perepoch para
decirme:
-
Supongo que estarás de
acuerdo en que este asunto es de la máxima importancia y no se deben poner
palos entre las ruedas. Este aplazamiento no tiene importancia, pero ya es el segundo y ya
comienza a ser demasiado. Espero que mañana votarás a favor del proyecto o de
lo contrario... ya hablaremos.
Quede perplejo, no salía de mi asombro,
ello significaba que, a pesar, como había deducido Adolfo de mis palabras, era
cierto, se había producido un juego furtivo, subterráneo, para convencer a
Adolfo, antes de la reunión. De todas maneras, me pareció entender que no lo
habían conseguido, no de una forma rotunda.
Después de pensar unos segundos mi respuesta
le dije:
-
Mira Perepoch, tú ya sabes
que yo no entro en ninguna clase de jueguecitos y, por lo tanto, si voto a
favor, será porque esté convencido de que es lo mejor para Industrias Greis, de
lo contrario, votaré negativamente, a pesar de tu amenaza implícita. Pero, no
temas, a priori, me parece un buen proyecto. No obstante, alguna de las cosas
que expones no me convencen totalmente y por ello quiero disponer de algo más
de tiempo para estudiarlo.
-
Estúdialo tanto como quieras
pero piensa que no se puede dejar de lado porque a los de Administración (sonó
muy peyorativa la palabra) no os parezca bastante bueno. Vosotros no podéis
juzgar un proyecto eminentemente técnico y os equivocareis si lo rechazáis.
-
A pesar de tu aire
despectivo, diría desdeñoso, haré, como siempre, lo que crea más conveniente. A
pesar de que creas que no puedo juzgar un proyecto técnico, y ello es cierto,
si lo puedo juzgar desde su vertiente económica y comercial y, ahí es donde aún
no me has convencido. De la parte técnica no hablo nunca, conozco muy bien
cuales son mis capacidades, pero sé discernir cuando algo es en bien de la
Empresa o lo es, simplemente para alguno de la Empresa. Así que, hasta mañana y
te recomiendo que mejores tus argumentos, especialmente los económicos y
comerciales ya que, algunos no me han convencido. Buenas noches.
Seguí adelante hacia mi despacho sin
querer prolongar la conversación, ya que era evidente había querido influir en
mi decisión, con argumentos que más que ello, eran poco veladas amenazas.
Al marchar hacia mi domicilio iba
pensando en como reaccionaria Perepoch ante mi postura, quedaba muy claro que
estaba totalmente entregado al proyecto y, esto no era normal en él. Tenía que
haber algo más. Algún otro elemento que
pudiera ser aprovechado de forma personal, tal vez de prestigio profesional.
Algo se estaba cociendo en la trastienda y solo disponía de unas pocas horas
para averiguarlo.
Por la mañana, al llegar al despacho, a
las siete, procedí según mi costumbre, a dar una rápida ojeada a los periódicos
del día y una vez vistas las notas más destacadas de la actualidad, llamó por
el teléfono interior a mi secretaria:
-
Señorita Silvia: Buenos días.
Por favor, localíceme al Sr. Diumenge y pregúntele si me puede atender un
momento. Gracias.
Mientras me localizaba a Diumenge seguí
pensando en la propuesta de Perepoch. Algo no ligaba, me faltaba una pieza del
puzzle y no encajaba en su sitio, pero, no alcanzaba a ver cual era el fallo.
Sonó el teléfono interior y era Diumenge:
-
Jeroni: ¿De qué se trata? Me
ha indicado Silvia que quiere hablar conmigo.
-
Efectivamente, me gustaría
tener un cambio de impresiones con Ud. antes de ir a la reunión.
-
Bien, termino de despachar
con Barroza y voy a su despacho.
-
Se lo agradezco. Hasta dentro
de un momento.
Y colgué el receptor.
Pasaron unos pocos minutos y entró
Diumenge y casi sin dejar que le saludara dijo:
-
Ya imagino de qué quiere
hablarme. Se trata de la propuesta de Perepoch. ¿Es cierto?
-
Es verdad. Pero se trata de
algo muy serio. Ayer, al finalizar la reunión, me abordó Perepoch y, con sus palabras,
me dejó muy preocupado ya que me hizo una defensa de su proyecto muy vehemente
y con palabras muy ásperas e incluso, a mi entender, rayanas en la amenaza personal.
Me dijo frases como: “Espero que votes a favor, de lo contrario ya hablaremos”
o “Vosotros no sois técnicos para poder juzgar estas cosas”. Todo ello me ha
llevado a pensar que Perepoch tiene un interés inusual hacia la empresa y hacia
el proyecto. Estará de acuerdo conmigo que no es normal que se comporte y
defienda con tanto ardor este proyecto solo para conseguir un bien para
Industrias Greis. ¿Qué opina?
-
Algo así me temía. Yo vi que
se le acercaba e imaginé que trataría de discutir con Ud. sobre el importe que
ha calculado como presupuesto inicial, pero ya veo que se trata de algo más
cuando se toma tanto interés. Le diré más: A mí también ha intentado
convencerme esta misma mañana. Cuando me ha llamado por teléfono y le he dicho
que estaba despachando con Barroza, no era del todo cierto, Perepoch estaba
delante y tan pronto ha salido Barroza, se me ha dirigido en unos términos que
no difieren mucho de los que le expresó ayer a Ud. mismo.
-
Mire Diumenge: Yo creo que en
este asunto hay gato encerrado y lo voy a averiguar. Tan pronto como sepa
alguna cosa le llamaré y comentaremos la estrategia a seguir. Evidentemente
espero otro tanto por su parte.
-
Correcto, hasta entonces.
Y salió de mi despacho.
Yo me quedé reflexionando y pasados unos
minutos decidí comentar el asunto con Carned. Le llamé y se presentó de inmediato.
-
Sr. Carned, ayer tuvimos una
reunión en la que se trataron varios temas, pero hay uno que descuella y que me
tiene preocupado.
Hice una síntesis de la conversación con
Perepoch, aunque sin dar a conocer el tipo de propuesta que había presentado.
Cuando casi había concluido mi exposición, Carned me interrumpió para decir:
-
Sr. Jeroni: Creo que lo que
está pasando es algo muy simple. El proyecto que ha presentado Perepoch, sobre
la TV vía satélite, es una forma de conseguir un gran prestigio en la Universidad
y en su aula de la Escuela de Ingenieros en Telecomunicaciones y, claro, un proyecto
así es muy importante para él y su financiación no le va a costar ni un duro de
su bolsillo. ¿Lo quiere más claro?
-
!Tate¡, Cómo no se me había ocurrido antes.
Ahora lo veo diáfano. Como siempre, se trata de conseguir un triunfo personal.
La Empresa solo le importa en cuanto sea un vehículo de su interés personal y
profesional.
Pero, a continuación le dije:
-
Oiga: ¿Pero Ud. cómo sabe que
se trata de este proyecto y de su contenido?. Se nos había comunicado que era
alto secreto hasta tanto no hubiera sido aprobado por la Dirección de la
Empresa.
-
Bien, no se lo hubiera dicho,
pero ya que me lo pregunta, le diré que fue el mismo Perepoch quien me lo explicó
so pretexto de que le diera algunos datos para el presupuesto y... creo que,
también, con la intención de que intentara influir positivamente en Ud.
-
Amigo Carned, creo que me ha
facilitado la solución a un problema que me preocupaba mucho desde anoche. Le
doy las gracias por su colaboración y por no intentar influir en mi decisión.
Seguidamente llamé de nuevo a Diumenge y
casi sin esperar respuesta, le espeté:
-
Diumenge. ¿Hay alguien con
Ud. ahora?
-
No, no hay nadie. ¿Qué pasa?
-
Nada, nada, ahora mismo voy
para ahí.
Y colgando el teléfono me dirigí
rápidamente hacia el despacho de Diumenge. No se podía perder tiempo.
A todo esto se habían hecho ya las 9,30
de la mañana y solo nos restaba media hora para tratar toda la cuestión ya que,
a las 10 manteníamos el desayuno-reunión cotidiano y era necesario tener bien
definido el papel a desempeñar en la reunión de las 12 horas, puesto que, casi
seguro, que no podríamos comentar nada, a solas, antes de la Junta.
Al entrar en el despacho de Diumenge vi,
con sorpresa, que se me había adelantado Colomín y estaba explicando una
cacería de cabras montesas en el Mont-Caro, en Tortosa, junto con Adolfo y
varios amigos y que, maldita sea la gracia que me hacía a mí en aquel momento,
así que, de forma muy áspera y desabrida, le dije:
-
Colomín, Diumenge y yo
tenemos algunos asuntos urgentes que tratar por lo que le agradecería nos
dejara solos.
Ante esta “insinuación” tan directa, se
levantó y sin decir nada se marchó al instante. Lo cierto es que la encajó de
forma muy elegante.
-
Diumenge: !Ya lo tengo¡.
-
¿Pero qué le pasa?. Hombre de
Dios, hable ya. Me tiene sobre ascuas.
-
Mire, se trata de lo que
hemos hablado hace un rato. El interés de...
Antes de seguir me levanté y me dirigí rápida
y silenciosamente hacia la puerta, la abrí con rapidez y... tal como lo había
sospechado, allí estaba Colomín escuchando. Se apartó balbuciendo unas
ininteligibles excusas y se fue. Me aseguré que no había nadie más escuchando,
cerré la puerta con llave y proseguí.
...Bien, el interés de Perepoch
estriba en que si este proyecto se lleva a cabo, tenga por seguro que en un
plazo muy corto, intervendrá la Escuela de Ingenieros de Telecomunicaciones o
la Universidad, con lo que él se colgará la medalla que va buscando ante el
catedrático correspondiente.
-
Hombre, Jeroni, eso, en
principio, no es malo para Industrias Greis.
-
Claro que no. Al contrario,
es bueno. Pero lo que no es tan bueno es la forma de sacarlo adelante. Ahí se
pueden esconder cosas muy raras.
-
Es posible, pero, en todo
caso habrá que estar alerta y, al mismo tiempo, avisar a Adolfo. Yo me
encargaré de esta última parte.
-
De acuerdo. Ahora ya estoy
más tranquilo. Hasta dentro de un rato.
■ ■■■■■■■
Después de esta, digamos, sesión
preliminar, cuando llegó el momento de la reunión definitiva, el tema se
resolvió sin grandes inconvenientes ya que, en principio, todos estábamos más o
menos de acuerdo en aprobar la proposición. Unos porque nuestro desconocimiento
técnico del tema nos impedía exponer y respaldar ningún tipo de objeción, sin
que sonara a bloqueo innecesario y, además, hasta cierto punto como interesado
por puro inmovilismo; otros debido a que creían firmemente en el proyecto y el
resto, porque eran los que decían “amén” a cualquier cuestión que se presentara
a debate.
No obstante, si quise presentar una
mínima objeción al proyecto de TV-SAT y pedí la palabra.
La mirada con que me obsequió Perepoch
era realmente “asesina”, pero no hice caso y comencé mi disertación. (Reconozco
que se trataba más de apaciguar mi ego personal que de presentar ningún tipo de
problema)
-
Creo que, ante todo, debo
constatar que mi voto será favorable al proyecto presentado por el Sr. Perepoch
pero me asaltan algunas pequeñas dudas y alguna que otra cuestión que me gustaría
me puntualizase, antes de proceder a la votación. Por ejemplo:
Yo considero que en nuestra Empresa
estamos muy capacitados para todos aquellos desarrollos que se basen, primordialmente
en temas mecánicos y que, por desgracia, no lo estamos tanto para aquellos que
se sustentan en principios de la técnica electrónica.
Es por ello que me asaltan dudas muy
serias que, a pesar de la ampliación del Laboratorio de Electrónica, a pesar
del incremento de la plantilla de ingenieros en telecomunicaciones, a pesar de
las inversiones en instrumental, a pesar de... etc. Yo opino que no es suficiente y por ello me
da miedo embarcarnos en un proyecto de esta envergadura, sin contar con otras
colaboraciones que podrían ser de la Administración del Estado, o (aquí hice
hincapié, para ver la reacción de Perepoch) de la Universidad e incluso, porqué
no, de otras empresas nacionales o extranjeras. –La cara de Perepoch era un
poema, en unos segundos había quedado descubierta su segunda intención.
Diumenge me miraba con una sonrisa de complicidad en los labios. Por lo que
decidí apretar algo más las clavijas-. Por ello yo quisiera que el Sr. Perepoch
nos comentara si había pensado ya en alguna colaboración de este tipo, y en
caso afirmativo, nos diera nombres y en caso negativo se lo planteo como una
opción a estudiar.
Por otra parte, en cuanto se refiere al
diseño y fabricación de las antenas parabólicas estoy de acuerdo en que se
trata de algo que está de pleno dentro de nuestro campo de acción. Es nuestro
terreno. Incluso en lo que concierne a la fabricación de las LCN o unidades
externas podemos llegar a estar suficientemente preparados para ello tal y como
se demuestra en el proyecto. Pero el diseño y fabricación de las unidades
internas o receptores ya no estoy tan de acuerdo y me explicaré:
Soy de la opinión que se trata de un
aparato que... y dirigiéndome a Perepoch le digo:
Por favor, Sr. Perepoch, si cree que voy
errado, corríjame.
... como decía, se trata de un aparato
que deberá, en su día, fabricarse de forma masiva, ya que todos los usuarios,
tanto de instalaciones individuales como de instalaciones colectivas, todos y
cada uno de ellos, precisará un receptor que le permita sintonizar los muchos
canales de posible emisión y por tanto de recepción. Por ello, creo y es mi
opinión, que es un tipo de aparato que cae más dentro de la gama de cualquier
multinacional del sector de TV, que no en la nuestra. Además, nadie nos puede
asegurar que cuando sean lanzados los satélites, que yo llamo de segunda
generación, es decir: Los DBS, los fabricantes de televisores pueden decidir
incorporar el sintonizador al propio televisor. Otra cosa pueden ser los
sintonizadores para instalaciones de antenas colectivas que, esos sí,
deberíamos fabricarlos nosotros ya que la producción de los mismos será
relativamente pequeña y, por ende, de alto coste y poco consumo, en comparación
con los individuales, por lo que ya no es un caramelo tan gustoso para las
grandes corporaciones. No sé si he comprendido todo cuanto expone en su
informe, pero es lo que interpreto del mismo. Por todas estas razones voy a
votar en sentido afirmativo, pero, con las reservas expuestas, salvo que me las
pueda responder de forma suficiente y convincente.
Perepoch tomó la palabra y comenzó a
lanzarme elogios y lisonjas que no esperaba, lo que me dejó bastante perplejo.
Esperé hasta ver en que quedaba su perorata.
-
Sr. Jeroni: Creo que
en alguno de los puntos a los que ha presentado sus objeciones, casi estamos de
acuerdo. Yo creo que cuando Ud. solicitó el aplazamiento de la primera reunión
tenía razón, ya que, por lo que hemos podido escuchar se ha tomado un gran
interés en estudiar el proyecto y, debo decir, que sus razonamientos no pueden
ser más acertados.
-
Perdone Sr. Perepoch, le
interrumpí. : Aquí hemos venido a discutir el tema de su proyecto y no a
escuchar sus loas a mi gestión que no tiene más importancia que la de lograr,
en contra de lo que Ud. creía, un debate para aclarar las propuestas y poder
así, aprobar o reprobar, según el caso, los proyectos pero, teniendo en la mano
todas las informaciones que vengan al caso. Pero, por favor, siga y limítese a
responder a mis consultas.
-
Conforme: Yo no estoy de
acuerdo que no seamos capaces de sacar adelante un proyecto electrónico, por
muy técnico y complicado que sea.. Al contrario, creo que estamos
suficientemente preparados para ello. Y, además, ya le había comunicado a D.
Adolfo que tal vez sería necesario, para que nos aprueben el proyecto, en la Dirección
General de Electrónica del Ministerio de Industria de Madrid, el que, de alguna
manera, estuviera, también, involucrada la Universidad.
Aquí Perepoch empezaba, con su reconocida
habilidad dialéctica, a dar la vuelta a mis discrepancias y eliminar así el
efecto que hubiere podido causar el descubrimiento, por mi parte, de sus cartas
escondidas.
Prosiguió diciendo:
Pero esto sería de gran utilidad y
prestigio para Industrias Greis, ya que, de ser así, sería la primera Empresa
del país que presentara un proyecto conjunto Empresa – Universidad.
En cuanto a los temas técnicos a los que
ha presentado objeciones, yo me afirmo en mi posición y creo que debemos preparar,
aprobar y presentar el proyecto completo; de lo contrario, nos exponemos a que
otra empresa pueda presentar un proyecto similar que, al ser más completo que
el nuestro tendría más posibilidades de ser aprobado. Por ello les agradeceré
que no alarguemos innecesariamente este debate y procedamos a la votación.
Intervine de nuevo para decir:
-
De acuerdo, creo que no es
necesaria la votación, al menos por mi parte, pero creo interpretar el sentir
del resto de los componentes de esta mesa, al decir que se aprueba el proyecto;
pero, por mi parte, sigo creyendo que hay algunos errores y, por ello, mi voto
es afirmativo, pero mantengo las reservas que ya he mencionado. Es evidente que
también yo considero de gran interés por, no solo el prestigio, sino también
por la cooperación que nos puedan brindar el hecho de que esté involucrada la
Universidad en este proyecto. Lo que ya no juzgaba tan razonable es que se
hiciera a espaldas nuestras. Pero ahora ya lo sabemos todos y, por mi parte, no
hay objeción alguna.
Tomó la palabra Adolfo para decir:
-
Bien, creo que ya hemos
hablado bastante de este asunto; así que, si nadie más tiene alguna objeción,
queda aprobado y podemos levantar la sesión para ir a nuestro trabajo. Ya hemos
perdido bastante tiempo.
Con ello parecía decir que lo que
habíamos estado haciendo no era trabajo, o algo así; ya que el tono de voz en
que lo dijo no admitía duda alguna.
Se levantó la sesión y nos fuimos cada
uno a nuestro lugar de trabajo para seguir con los problemas de cada día.
Aunque, eso sí, yo me iba con la conciencia muy tranquila por haber podido expresar
todas mis dudas y objeciones al proyecto.
..................
Después de casi dos meses de celebrada
esta reunión, un buen día entró en mi despacho Ricardo P. Bardo, para decirme:
-
¿Sabes algo de una posible
colaboración con la firma TRIMERANTEN, S.A., en el proyecto de TV-SAT?.
-
No, no sé absolutamente nada.
¿Qué pasa?
-
Bueno, es que me ha llegado a
los oídos que Perepoch está trabajando en este proyecto con alguna Empresa de
la competencia y... la verdad... me sorprende mucho que Perepoch intente llevar
en secreto algo tan fácil de averiguar. Estate alerta y si sabes algo ya me lo
dirás.
-
De acuerdo. Intentaré
averiguar que pasa.
Y salió del despacho dejándome bastante
asombrado; pero, lo cierto es que no le di demasiada importancia al rumor, ya
que, en aquellos momentos mi preocupación era poder hacer acopio del dinero
suficiente para pagar la nómina a los dos días.
Sin necesidad de hacer averiguaciones muy
sofisticadas supe que era lo que pasaba.
A los tres días de esta conversación me
llamó la Srta. Marina para que fuese al despacho de Adolfo.
Allí encontré a Perepoch, Diumenge, Jorge
Greis y el propio Adolfo, reunidos alrededor la mesita de su despacho.
Adolfo se dirigió a mí y me dijo:
-
Jeroni: Nos han denegado el
proyecto que se había presentado para el desarrollo de la TV-SAT y Perepoch se
ha puesto en contacto con Don Jesús Mayor, Subdirector General de Electrónica
del Ministerio de Industria, quien le ha comunicado que solo podrán aprobar un
proyecto de esta naturaleza si se trata de algo que se presente junto con la
Universidad y, lo que es más grave, con otra empresa del ramo. Y, por si no
fuera suficiente, nos han “aconsejado” que sería bien vista una colaboración
con TRIMERANTEN, S.A.
Sentí como una especie de mazazo en la
nuca y me vinieron a la memoria las palabras de Ricardo. Ello significaba que
hacía varios días que Perepoch estaba al corriente y que, además, algún otro
conocía la noticia y se había ido de la lengua.
No podemos olvidar que TRIMERANTEN, S.A.
era una competencia comercial furibunda, mantenía muy malas relaciones con
nosotros y, en particular en el ámbito de la Dirección y de la Presidencia, es
decir, casi no se hablaban con Adolfo.
Me rehice un poco, intenté que se notara
lo menos posible y pregunté:
-
¿Hace muchos días que se
conoce la denegación del proyecto?
-
¿Por qué lo pregunta? –Me
dijo Adolfo-
-
No, por nada, cosas mías.
Dije, mirando por el rabillo del ojo a
Perepoch.
·
Bien, si no quiere decirlo,
no lo diga, pero le hago saber que nosotros nos hemos enterado hoy; hace media
hora, el tiempo de convocarles a todos ustedes.
·
-
De acuerdo respondí. Era pura
curiosidad. Me ha sorprendido el nombre de la Empresa que nos “aconsejan” y por
ello, de forma tal vez inconsciente he hecho esta pregunta.
Adolfo, dio por buena mi respuesta y se
dirigió a todos nosotros para decir:
-
Creo que la noticia es lo
suficientemente grave como para que la estudiemos y pensemos a fondo nuestra
postura antes de decidir que hacemos. Ya sé que a nadie en esta mesa le gusta
la exigencia que nos presentan, yo la nominaría coacción, pero no debemos dejarnos
llevar por los nervios y juzgarlo de forma fría y con calma. Lo más oportuno
estimo que es convocar una reunión del Consejo para el próximo martes por la tarde.
Y nos despidió para que pensáramos en el asunto.
Al salir me hice el remolón y haciendo el
distraído mientras tomaba unas imaginarias notas en un papel, esperé a que hubieran
salidos todos para dar una explicación a Adolfo, referente a mí, nada inocente,
pregunta anterior.
-
Mi pregunta estaba
relacionada con una conversación que mantuve con P. Bardo el lunes de la semana
pasada, en la que me informó que existían rumores de que Perepoch estaba
trabajando en este proyecto con alguien de la competencia y, concretando más,
con alguien de TRIMERANTEN, S.A. ¿No cree que es muy casual?. Visto que no nos
lo ha manifestado hasta hoy y, por lo oído, se puede deducir que hacía ya casi
quince días que estaba enterado. Si le soy sincero, creo que ha obrado muy mal
al seguir con sus politiquillas de siempre.
-
Esto no cambia las cosas,
pero, ahora, veo que nos han preparado una trampa en la que, nos guste o no,
debemos dejarnos caer.
-
Estimo que no se trata solo
de una trampa. Esto es algo más profundo, nos vamos a jugar el prestigio de la
Empresa y, si sale bien, irá repartido con TRIMERANTEN, pero, si sale mal,
seremos nosotros los que suframos las consecuencias. Bien, solo quería que
estuviera enterado desde el primer momento. Antes no le había dado importancia,
pero veo que si que la tiene y mucha. Bueno, Adolfo, es viernes y una vez
solucionado el tema monetario, me voy a tomar un descanso el fin de semana.
-
Que lo pase bien. Adiós.
Recuerdos a la familia.
-
Gracias. Igualmente.
Me fui a mi despacho y en el pasillo me
tropecé con Diumenge, que me dijo:
·
Está saliendo todo tal y como
lo pronosticó el otro día, francamente no me lo esperaba. A pesar de todo ya
sabe que, como no soy muy amigo que digamos de Perepoch, ya me presumía que
podía pasar algo. No me sorprende nada.
-
Ya, claro y ahora resultará
que las cosas se complicarán y estoy seguro de que terminaremos por añadir más
dinero para cubrir el nuevo presupuesto y.. quien sabe cuantas cosas más. Ya
tendremos tiempo de hablar. Amigo Diumenge, estoy cansado y no tengo ganas de
seguir más tiempo aquí. Ya vale por hoy, me voy. Hasta el lunes.
-
De acuerdo, hasta el lunes.
Yo también partiré dentro de unos minutos.
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