dimarts, 9 d’octubre del 2012

NOVELA Capítulo 13





13

Había llegado una época en la que, por fin, parecía habían terminado, o por lo menos calmado, los problemas de Industrias Greis. La facturación era buena y se había conseguido mejorar de forma sustancial los plazos de entrega de producto a clientes. Los stocks se habían reducido, tanto en producto acabado como en primeras materias y componentes intermedios, con la consiguiente mejora que ello supone para el departamento financiero. Parecía que se conseguía dotar de un cierto orden y previsión en la producción y todo ello redundaba, sin duda, en menores agobios de tesorería. Por fin se podía respirar y todos nos alegrábamos que se hubiera, al parecer, superado el bache que nos produjo la aparición de la televisión autonómica, tal y como ha quedado reseñado en anteriores capítulos.

Pero... siempre hay un pero, por desgracia fue solo un paréntesis muy corto, aguantó solo cuatro meses.

No obstante, esta tregua, se aprovechó para seguir estudiando la idea que se había concebido en ocasión de la visita de los señores de UNIVISION, S.A. y se creyó oportuno, una vez delimitados sus términos en cuanto a nuestra postura, presentarla a los mandos intermedios de los Departamentos de comercial, compras, producción y administración. Para ello se preparó una reunión con todos ellos y, previamente, se les hizo entrega de un “dossier”, que contenía los principales términos de la propuesta elaborada junto con UNIVISION, S.A.

La sorpresa de los señores convocados a esta reunión fue grande, ya que era la primera vez en la historia de la Empresa que decisiones de este tipo fueran, por lo menos, expuestas, ya que no me atrevo a decir que consultadas con personas de estos niveles del organigrama.

Se inició la sesión, tomando la palabra Ricardo P. Bardo, quien expuso en una breve charla, en primer lugar el motivo de la reunión y para, ya en segundo lugar, entrar en materia, comentando de forma sucinta, la propuesta de colaboración según el documento que obraba en poder de todos los presentes.

A continuación se intentó que se produjera un debate, pero, por lógica todos permanecían callados, escuchaban muy atentamente pero no había forma que nadie se pronunciara, ni para bien ni para mal. No tenían costumbre de expresar sus opiniones en un foro como aquel. Con el fin de romper el hielo, me dirigí a Ernest Carned diciendo:

-                       Señor Carned. Me gustaría que, ya que Ud. ha tenido algo más de tiempo para estudiar la propuesta que nos ocupa, puerto que se lo había comentado personalmente, nos expresara su opinión. ¿Le parece acertado intentar establecer una colaboración de este tipo con una empresa de la competencia?.

Carned me miró como diciendo te he entendido, quieres que abra el fuego y me pones en el compromiso de tener que tomar partido por una u otra opción, pero, con la sobriedad que le caracteriza, tras unos breves segundos de silencio, tomó la palabra en los siguientes términos:

-                       Señores, tal vez no sea yo el más indicado para hablar de este tema que considero pertenece más al ámbito del Departamento Comercial que al Administrativo Financiero, para ya que el Sr. Jeroni ha querido que me decantara por una opción que, en estos momentos, no sé si se trata de la que adoptará la mayoría de los asistentes, diré que, desde el punto de vista económico-financiero, considero que puede y debe ser muy interesante para nuestra Empresa el poder llegar a un acuerdo de esta naturaleza y, es más, estoy firmemente convencido de que, en el futuro, habrá que llegar a acuerdos de mayor entidad para poder sobrevivir. Hoy tenemos en nuestro país demasiados fabricantes de antenas que hacen cada uno la guerra por su cuenta, sin que, ninguno de ellos tenga la suficiente importancia ni entidad como empresa para poder enfrentarse al reto que, tarde o temprano, se nos presentará cuando entremos a formar parte del Mercado Común Europeo. Por todo ello, considero que esta propuesta no solo es buena, sino que, en un futuro próximo debería ampliarse, buscando tal vez, alguna forma de fusión que pudiera ser aceptada por ambos Consejos de Administración. Esta es mi sincera opinión.
-                        
Ante esta declaración de total conformidad, se empezaron a revolucionar los ánimos, ya que, desde el punto de vista de algunos componentes del área comercial, y muy especialmente por parte de Jaime Grobau, se veía el tema como una especie de pérdida de poder comercial, porque según él, nosotros detentábamos tal dominio de la parte mecánica, es decir, de las antenas, lo que se conocía en el argot en un sentido peyorativo como “los hierros”, que nos permitía colocar buena parte de nuestro material electrónico a pesar de estar total y absolutamente obsoleto. Según él, este pacto solo nos conduciría a perder posiciones de mercado sin ningún tipo de beneficio. Consideraba que, a pesar de que precisábamos algunos nuevos productos y, especialmente renovar toda la gama de la amplificación para instalaciones individuales, aún se podía esperar, siempre y cuando el Departamento de I+D, se pusiera a trabajar de inmediato en el tema.

A estos razonamientos respondió Carles Perepoch diciendo que en el Departamento de I+D no tenían tiempo suficiente, ni medios adecuados, para poder sacar adelante la ingente cantidad de proyectos que tenían en aquellos momentos y, en particular, teniendo en cuenta que dentro de muy poco tiempo había que lanzarse, según se había aprobado, a la temática de la TV-SAT y que, por lo tanto, consideraba que podía ser beneficioso llegar a un acuerdo como el que se estaba debatiendo, siempre y cuando Industrias Greis siguiera siendo soberana para tomar las decisiones que, en cada momento, fueren precisas, en concreto las referentes a temas de su Departamento.

Ello no era más que una forma de decir, sí pero..., ya que Perepoch temía perder su condición de fuerza, al no existir, en el Consejo, nadie con conocimientos técnicos suficientes para contradecir sus opiniones, por lo que luchaba con todas sus fuerzas, para evitar la entrada de UNIVISION, pero siempre intentando que se presentara como que estaba a favor y dispuesto a aceptar el proyecto.

Por parte de los demás convocados a la reunión, no hubo intervenciones ni a favor ni en contra, lo que se interpretó como de aquiescencia a las tesis de la Dirección General y, por lo tanto, de aprobación de la propuesta.

Después de estas escaramuzas verbales se convino en acudir a la reunión con los señores de UNIVISION, en su fábrica y se formó la comisión que participaría en esa conferencia que debería ser ya casi definitiva, para seguir adelante con los temas planteados, ya que incluso se preparó un pedido de materiales a suministrar a primeros del próximo año, que se pasó, de inmediato, por telex a UNIVISIÖN, S.A.

La comisión quedó formada por:

Adolfo Greis
Ricardo P. Bardo
Jaime Grobau
Carles Perepoch
Jeroni Escayol

Quedando encargado el propio Bardo de concertar la entrevista.

Quince días más tarde, los componentes de la comisión se desplazaron a Donosti para tratar los temas que habían quedado pendientes y, a ser posible, firmar el acuerdo entre ambas empresas.

Mientras sucedían estos eventos en Industrias Greis, en el  país vasco se trataban los mismos temas aunque con decisiones algo distintas. En el ánimo de Mikel Susagoitia no estaba precisamente el dar nada. Todo lo contrario, preparaba una estrategia que le permitiera recibir lo bueno de Industrias Greis, sin tener que dar nada a cambio o, en el peor de los casos, intentar que se lograra una venta de productos de UNIVISION, lo menos “disimulados” posible. Con una perfecta lógica en su razonamiento, pretendía introducir en el mercado sus productos acompañado de la excelente presencia de las antenas de Industrias Greis. Curiosamente el mismo razonamiento de Jaime Grobau, pero en sentido contrario. A pesar de ello, esta era su estrategia para el caso de que no se pudiera llegar al acuerdo previsto en las primeras conversaciones entre Jon Iribarren y Jeroni, que, en su origen era el mejor y más completo de los programas estudiados.

Fueron recibidos los comisionados con grandes atenciones personales y, antes de iniciar la reunión, fueron instados a visitar todas las instalaciones, en justa correspondencia a nuestra invitación en su reciente visita. Una vez terminada la visita a la fábrica, nos reunimos en una sala anexa al despacho de Mikel Susagoitia y Bardo rompió el fuego para preguntar cuando nos serían remitidas las primeras unidades del pedido que les habíamos remitido. Mikel respondió que en un breve plazo y tan pronto como se hubiera procedido a los retoques necesarios en los moldes de plástico para el cambio de las marcas de ambas empresas.

Dicho esto se pasó a examinar cuales eran los productos más interesantes para intercambiar y, especialmente aquellos más relevantes para UNIVISION, ya que por parte de Industrias Greis, habían quedado definidos, casi en su totalidad, por los que figuraban en el pedido cursado.

Iñaki Jáuregui propuso que, dentro de la gama de antenas, era de su interés aquellos modelos insertados en el catálogo del CX-23 al CX-103; ya que, por ser los últimos que se habían lanzado al mercado, lógicamente, también eran los más apreciados para su comercialización por parte de UNIVISION. Evidentemente, añadió, debidamente modificados para conseguir un aspecto algo distinto a los ojos de los respectivos clientes, pero siempre, respetando la calidad y la técnica de construcción.

A esta propuesta, y ante la sorpresa general, se opuso rotundamente, e incluso de forma algo grosera, Jaime Grobau, con la cerrazón habitual de su cerebro diciendo:

-                       A ver si ahora que disponemos de un producto sin competencia posible, lo vamos a regalar a quien nos puede hacer daño.

Bardo, con una expresión de enojo, le respondió:

-                       ¿A qué viene esto ahora? ¿No se había tratado el tema? ¿A qué hemos venido? No haga más el tonto, cierre la boca y le recuerdo su puesto –y recalcó- solo de Jefe de Ventas.

A pesar de ello y ante las reconvenciones de Adolfo y Jeroni intentando hacerle cambiar de opinión, cada vez se cerraba más en su idea y no había forma de sacarlo de ella.

-                       Vamos a ver –dijo Jeroni- aunque llegara el hipotético caso de que descendieran las ventas a clientes directos, ello se vería compensado, y con creces, con la mayor venta que se efectuaría a UNIVISION, lo que redundaría a favor de lo que se intenta con este acuerdo, es decir: Una economía de escala que permita a Industrias Greis un mayor beneficio en sus ventas por el menor costo de sus productos al fabricar mayores series. Evidentemente, como es natural, lo que logrará UNIVISION en sus fabricados.

No hubo forma de convencerle ya que se vio inesperadamente auxiliado por Perepoch, quien dijo que ante esta postura tal vez sería mejor volver a estudiar todo el proyecto (Había podido observar el potencial del laboratorio de I+D de UNIVISION) y, en caso de seguir convencidos de que era realmente bueno, tener otra reunión que permitiera llegar al fondo de la cuestión. Ante todo ello no hubo más remedio que suspender la reunión y dejar en suspenso el tema. Después de la comida con que nos obsequiaron Mikel y sus colaboradores, salimos con destino a Barcelona, sin haber podido llevar a buen puerto el objetivo previsto.

Poco a poco se dejó de hablar del tema, ante la intransigencia de Jaime Grobau fue necesario anular el resto del pedido pendiente de suministro por parte de UNIVISION, y todo el enorme trabajo realizado, tanto por parte de Bardo como de Jeroni y de Jon Iribarren, quedó en agua de borrajas. Una lástima para Industrias Greis, ya que fue una de las últimas oportunidades de supervivencia que se le presentaron y que, por no tener la suficiente personalidad Adolfo Greis, dejó que una decisión de esta importancia la tomara un simple Jefe de Ventas, auxiliado, es evidente, por Perepoch para quien el tema era repelente; ya que no tenía ninguna intención de perder su preponderancia en el Departamento de I+D, del que siempre había sido “Dueño y Señor” y caso de llegarse al acuerdo propuesto, podría llegar el momento que tuviera que dar cuentas de lo que se proponía hacer y, por descontado, explicar el porqué, como y cuando de cuantas decisiones se tomaran. Todo ello era algo que Perepoch no podía tolerar bajo ningún concepto y, cuando vio la posibilidad de lograr su objetivo sin demasiado daño para su persona, ayudó a Grobau, que quedó como el malo de la película, y él, en definitiva, se salió con la suya.

............

Transcurridos unos meses, sobrevino una nueva, la enésima, crisis de ventas, en especial en el Departamento de Exportación, la baja cotización del dólar y una sobre valoración de la peseta, hicieron  caer las exportaciones, lo que agravó, una vez más, la ya muy delicada situación financiera que se tornaba, a pasos agigantados, cada vez más peligrosa para la supervivencia de Industrias Greis.

Ello trajo consigo que se tomaran decisiones como las de ordenar, hechos tan graves como son el dejar de pagar los impuestos, I.R.P.F., I.T.E., etc. así como no pagar las cuotas empresariales de la Seguridad Social, aplazar los pagos a proveedores de forma masiva; en fin, se estaba iniciando el deslizamiento por una pendiente que sólo podía llevar la Empresa a una situación de suspensión de pagos o a la quiebra.

A finales de año se le encomendó a Jeroni que intentara, junto con Jordi Salses, conseguir unos aplazamientos de las deudas institucionales, es decir: Ante el Ministerio de Hacienda y ante el Instituto Nacional de Previsión, para ello se movieron los hilos adecuados y, paralelamente, se presentó ante  la Conselleria d’Industria  de la Generalitat de Catalunya, a través del C.I.D.E.M. y ante el Ministerio de Industria, en Madrid, por mediación de la Dirección General de Electrónica, un PLAN DE PROMOCION DE LA EMPRESA INDUSTRIAS GREIS, S.A., de conformidad con los dispuesto en el artículo 38 de la Ley 27/1984, sobre Reconversión y Reindustrialización de Empresas.

Este Plan de Promoción no era más que un “mamotreto”, con muchas páginas y datos, que expresaban exclusivamente, una pura y simple elucubración de lo que podría llegar a ser INDUSTRIAS GREIS, S.A., si se cumplían ciertos condicionantes, que, a posteriori, se ha visto eran demasiado optimistas considerados dentro de las fechas en que se incrustaban.

En sus datos más importantes este Plan preveía una inversión de algo más de 350.000.000 de pesetas, un incremento de la plantilla de cerca de un 30% por encima de la actual, un incremento de las ventas en 5 años que pasaba de 1.100.000 a más de 9.500.000 de pesetas y, por último, de unos resultados contables que de unas pérdidas de unos 80 millones de pesetas se pasaba a unos beneficios estimados en más de 1.500 millones de pesetas.

Todas estas cifras, a pesar de que estaban bien arropadas en el informe y de acuerdo con las posibilidades de mercado que se preveían en el mismo, evidentemente con mucho optimismo, no dejaban de ser un auténtico “bluff” preparado para conseguir el objetivo final de salvar la empresa, con una consigna clara y contundente: “cueste lo que cueste y a costa de lo que sea”.

Las peticiones que se elevaban a las distintas Administraciones públicas eran las siguientes:

1. Aval bancario de prefinanciación de las exportaciones previstas en el Plan. Ello significaba una línea de crédito abierta en el B.E.E. de más de 150 millones, solo para el primer año del Plan.

2. Aval para financiación con descuento de las exportaciones realizadas. (Significaban 350 millones por parte de la Banca privada).

3. Aportación participativa de la Generalitat de Catalunya por un importe de 100 millones de pesetas para cubrir parte del importe de las inversiones previstas en el Plan.

4. Subvención, a fondo perdido, de la Dirección General de Electrónica del Ministerio de Industria por el mismo importe de 100 millones de pesetas.

5. Crédito oficial, con bajo interés, por un importe de 130 millones de pesetas, con el correspondiente aval de la Institución que determinase el I.C.O.

Como se puede observar, en la práctica, solo eran especulaciones y peticiones para tener un punto de partida y poder negociar a la baja.

Después de arduas gestiones, viajes, visitas, los típicos y tópicos “vuelva Ud. mañana”, etc. y aunque parezca mentira, se llegaron a conseguir algunas de las cuestiones planteadas y, en general, más de lo esperado.

a. Por parte del Ministerio de Hacienda se concedió una moratoria de 3 años para el pago de los impuestos pendientes, al importe de los mismos solo se sumaron los intereses de demora y se cancelaron las penalizaciones (multas) por el impago que se había producido.

b. Igualmente el I.N.P. concedió un aplazamiento de 48 meses, de la deuda principal a la Seguridad Social, aunque con el incremento correspondiente a los intereses de demora, pero sin penalización.

c. La Generalitat de Catalunya propuso, a través de la Conselleria de Industria que, en lugar de una subvención a fondo perdido, como se solicitaba, se modificara la solicitud y, en su lugar, se gestionase la concesión, por parte del C.I.D.E.M., de un aval por el mismo importe de 100 millones de pesetas.

Pese a que no se había logrado todo lo que se quería conseguir, al menos, lo más perentorio se había paralizado. Es decir: Por parte del Ministerio de Haciendo no había problema ninguno. INDUSTRIAS GREIS, S.A. figuraba limpia de deudas y, lo que aún era más importante, al corriente de pagos de Impuestos. Lo mismo ocurría con el pago de las deudas a la Seguridad Social. Todo ello abarcaba dos situaciones de especial relevancia, a saber:

-                       Tanto Adolfo Greis como Jeroni quedaban libres de responsabilidad penal en el caso de una probable demanda por “apropiación indebida”, por haber retenido impuestos y no haberlos satisfecho posteriormente a la Hacienda Pública. Y, es evidente que quedaban a salvo de cualquier acusación de delito fiscal.
-                       Se podía negociar con cualquier estamento oficial, tanto del Gobierno Central, como del Autonómico, ya que, en teoría se estaba al corriente del pago de Impuestos, se podían presentar los certificados acreditativos que se exigían como condición “sine qua non”, para cualquier petición de ayuda, solicitud, Plan de Viabilidad, etc.

A partir de aquel momento se inició la solicitud del aval que nos había sido insinuado por parte de la Conselleria de Industria de la Generalitat de Catalunya, como paso previo a toda la reestructuración de la Empresa.

Este expediente, desde su inicio hasta su resolución favorable, consumió 11 meses, llenos de inquietudes, sobresaltos, impaciencias, angustias, ansiedades. Es muy difícil transcribir las innumerables ocasiones en que parecía que ya se tocaba con la mano el “aval” y, por una u otra razón, siempre faltaba el documento clave. Cuando no era la Dirección General de Industria de la Conselleria quien pedía determinado documento, era la Dirección General de Electrónica en Madrid, quien había omitido una conformidad a determinado tema, o no había dado el preceptivo “visto bueno” de sus propias resoluciones, etc. Los innumerables viajes a Madrid para conseguir coordinar los distintos trabajos entre los servicios del Ministerio de Industria y los de la Conselleria de la Generalitat. Las llamadas telefónicas, la presentación de documentos una y otra vez...

Jeroni estaba desconsolado, aturdido, no comprendía las razones que motivaban tantas demoras, tantas dilaciones. Ya que, cuando se trataban estos temas en la Generalitat, todo eran buenas palabras y considerar que la culpa de los retrasos era de Madrid y, al contrario, cuando se visitaba a los funcionarios del Ministerio en Madrid, la culpa siempre era de la Generalitat que no les remitía con la celeridad necesaria, los documentos que habían solicitado.

Todo ello formaba un galimatías difícil de entender y aún más difícil de soportar teniendo, además, una presión casi insoportable detrás, por las consecuencias que iba generando la demora, al quedar cada vez más desnutrida y sin fondos, la tesorería de la Empresa.

Por fin se llegó al acuerdo definitivo y fue concedido el tan ansiado aval. Aunque ello trajo, para Jeroni, graves consecuencias y problemas de tal magnitud que significaron el inicio del proceso que culminó con su cese en INDUSTRIAS GREIS, S.A.