dimecres, 22 d’agost del 2012

CIUTADELLA EN FESTES - VIATGE ISTAMBUL (8)

  ACOTACIONS

 
L’any 2010 vàrem fer un viatge a Istanbul (Turquia) i després de visitar les magnifiques obres d’art que atresora aquesta ciutat a cavall entre Europa i Asia, com poden ser la Mesquita blava, el Palau Tokapi, Santa Sofia,  la cèlebre cisterna, etc..
Vam anar a visitar les Illes Príncipe, Excursió marítima per el Bòsfor, etc. etc..
Llavors recordant Ciutadella de Menorca, i els actes del 9 de Juliol, vam decidir anar a visitar La Torre GALATA, lloc que en el any 1558 van tenir presoners els captius de Ciutadella de Menorca quan va ser, pràcticament arrasada per els Turcs en una de las seves incursions com corsaris i bucaners
Tal i com el Capità Negrete descriu en l’anomenada ACTA DE CONSTANTINOBLA, l’heroi de la defensa de Ciutadella, van ser fets captius i traslladats a Istanbul essent presoners a la citada Torre GALATA. Encara que avui dia, i amb els segles transcorreguts ja no quede cap rastre visible i la torre te un restaurant i una magnifica vista d’Istanbul tant de la part europea com de la asiàtica. Crec que quan parlo de la sessió solemne de l’Ajuntament de Ciutadella el dia 9 de Juliol de cada any, val la pena afegir aquesta petita nota i les fotografies de la Torre.
TORRE GALATA
 
INTERIOR DE LA TORRE
 
 
 
POSTA DE SOL VISTA DALT LA TORRE
 

dijous, 16 d’agost del 2012

NOVELA - CAPITULO 2 (resto)


Llegué a mi domicilio loco de contento, había conseguido lo que buscaba. Un empleo digno, con un sueldo estimable y, lo más importante, trabajar con una personas que a mi entender y, a priori, merecían todos mis respetos y mi atención. Además tenía la promesa de que a los seis meses, si mi trabajo era lo satisfactorio que esperaban, recibiría un incremento de 6.750 pesetas anuales con lo que mis emolumentos totales pasarían a ser de 47.250 pesetas anuales equivalentes a un incremento del 40% respecto a mi sueldo actual y, lo que para mí era más importante, tenía la oportunidad de poner en práctica todo aquello que bullía en mi mente y las indudables posibilidades de aprendizaje en todas las técnicas y facetas de la dirección de empresas.

Mis padres me recibieron muy contentos por el éxito y sin poder esperar más me cambié de ropa y me fui a buscar a mi novia, hoy mi esposa, a la que, sin dejarle preguntar nada, le espeté, de sopetón, que en un plazo muy corto podríamos casarnos ya que había conseguido el aumento en mi salario que habíamos soñado, mediante el cambio de empresa. Le relaté, con pelos y señales, la entrevista, las ansias pasadas con la incertidumbre de si me aceptarían o no, porque, lo cierto es que, por mi parte, desde el primer momento me gustó la Empresa y el trato tan cordial, tan sencillo y tan amable  de D. Joan hacia mí, teniendo en cuenta que era la primera vez que me veía. Creo que, en aquel preciso instante, se inició una corriente de simpatía mutua, una empatía que posteriormente se convirtió en una fuerte y verdadera amistad que perduró muchos años.

Nos pusimos ha hacer planes, como dos enamorados que éramos, para una próxima boda y, efectivamente, a los dos años exactos y, precisamente un DOS DE MAYO celebrábamos nuestro enlace matrimonial.

Mis recuerdos de aquellos años son muy bellos, aunque no exentos de dificultades. Mi primer trabajo consistió en proceder a la facturación de las antenas interiores para televisión que se fabricaban, por primera vez, en Talleres Greis y que salían al mercado con fuerte ventaja sobre las de la competencia ya que era el primer y único modelo fabricado en materiales plásticos, lo que permitía un precio de venta mucho más bajo en relación con los demás modelos existentes en el mercado y, lo más importante, con un buen margen de beneficio. Ello hizo que, a pesar de la fuerte crisis que había desencadenado el Plan de Estabilización de 1959, se pudiera sobrevivir y afianzarse como Empresa. No obstante no todo eran "flors i violas" como dicen en mi país; recuerdo una anécdota que nos puso los pelos de punta y que fue mi primer enfrentamiento con la Banca y con los problemas de falta de liquidez, los agobios de la falta de efectivo en la Empresa y que, desgraciadamente, con el tiempo se reprodujeron y, ¡de qué forma!, sin tener las posibilidades de que disponíamos en aquel momento, pero esto es adelantar acontecimientos y debo ceñirme a la cronología de mi historia.

Había llegado el mes de septiembre y teníamos concertada una póliza de crédito de 750.000 pesetas con el Banco Hispano Americano, póliza que se renovaba anualmente y que se utilizaba de colchón  para poder soportar la financiación a nos obligaba nuestro principal cliente, la firma de la que yo procedía, que nos obligaba a esperar 90 días para los cobros a de nuestras facturas sin permitirnos girar a través del Banco su importe. Pues bien, el día 3 de septiembre recibimos una comunicación del citado Banco en la que nos conminaba a proceder a la cancelación del importe del saldo de la póliza en un plazo de 15 días, ya que había vencido y no aceptaban la renovación tal y como se había efectuado normalmente sin ningún tipo de objeción.

Ante esta perspectiva debo señalar que el saldo acumulado de todas nuestras cuentas bancarias ascendía a poco más de 20.000 pesetas lo que no nos permitía ningún tipo de operación de espera. Llamamos urgentemente a nuestro asesor económico D. J.M. Balduera para estudiar las distintas opciones de que disponíamos y después de mucho pensarlo se llego a la conclusión de que la única opción era conseguir que nuestro cliente nos aceptara algunas letras de cambio, por el importe de las facturas pendientes de vencimiento en lugar de esperar al pago por reposición a que nos tenían sometidos y que era su habitual forma de pago. Por aquellas fechas, dicha firma, mantenía un saldo medio, a nuestro favor, de alrededor de los dos millones de pesetas, lo que cubría, sobradamente, nuestras necesidades y el saldo dispuesto del crédito.

Después de fuertes discusiones y gracias a la medición de D. Joseph Greis, a la sazón Director Comercial de la firma FRANCOSA, nuestro mencionado cliente, aceptaron, no solamente las letras que proponíamos para solucionar nuestro conflicto, sino que, ¡Oh milagro!, nos autorizaban cambiar el sistema de cobro y pasar, definitivamente al sistema de giro a 90 días fecha factura, con la consiguiente facilidad de proceder al descuento bancario del mismo y disponer de la liquidez necesaria para el normal desarrollo de la Empresa.

Bien, con las letras en la mano nos personamos en la oficina del B.H.A. y solicitamos una entrevista con el Director de la sucursal. Nos recibió de inmediato y le expusimos el motivo de nuestra visita y cual no sería nuestra sorpresa cuando, sin inmutarse lo más mínimo nos dijo que no debíamos preocuparnos pues todo había sido un error y  que él no había dado ninguna orden en el sentido de cancelar el crédito y que no se explicaba como nos había llegado una carta de tales características. Nuestra indignación, a la par que alegría, iba in crescendo; la carta en cuestión estaba firmada por el propio Director de la sucursal y por tanto mal podía ser un error de algún empleado como nos dijo, lo que evidentemente no nos creímos. Estaba más claro que ser trataba de una maniobra referida a aquello tan manido de que los Bancos te ofrecen el paraguas cuando hace sol y te lo piden al nublarse el tiempo, pero, a la postre, se había conseguido parar el golpe y al propio tiempo se había solucionado un problema de falta de liquidez crónica.

La rentabilidad de nuestro nuevo producto, las antenas de televisión de interior, era muy elevada y, tanto era así, que nos permitió decidirnos, casi de inmediato,  a la compra de unos nuevos locales en las afueras de Barcelona lo que nos permitiría disponer del espacio necesario para crear una factoría que respondiera a las exigencias del incipiente mercado de la televisión, las antenas para auto radio. El mercado de la televisión exigía una apreciable capacidad de producción y ello se conseguía en los nuevos locales.

Una vez en ellos se estudió la posibilidad de expansión del negocio mediante la fabricación de toda la gama de productos necesarios para la televisión, antenas, amplificadores de antena, derivadores, distribuidores, etc. todos los accesorios precisos para este novísimo mercado. No obstante, se creyó oportuno, en frase afortunada de D. Joseph, en este mercado ya está casi todo inventado y lo más importante es llegar a tiempo.

Llegados a esta conclusión y una vez conseguida la compra de los nuevos locales, se procedió, de inmediato, a establecer negociaciones con los posible suministradores de tecnología que nos permitiera iniciar, con la mayor brevedad posible, la fabricación de los nuevos productos.

 A lo largo de unas semanas se iniciaron conversaciones con algunas firmas europeas del ramo y finalmente se llegó a un acuerdo con la que, en ese momento, era la segunda firma, en importancia, en Alemania. Se trataba de  Alfred Sihgen Jr, KG, cuya marca ALSI se añadió a la nuestra formando con ello una nueva División de Ventas que se denominó DIVISION  ALSI-GREIS.

Durante las negociaciones se desplazó hasta Barcelona un Ingeniero de la firma ALSI que llevaba consigo un maletín de documentos de gran tamaño y que no soltaba de la mano en ningún momento. Se sentaba en la mesa de negociación, muy serio, con un semblante adusto y vigilando siempre el maletín. Tan pronto como se estableció la firme posibilidad de llegar a un acuerdo y con ello a la firma del contrato de licencias de fabricación nos desveló el secreto; se trataba de los planos que constituían la primera entrega de la documentación necesaria para nuestra Empresa. A pesar de ello, no lo soltaba prácticamente de la mano hasta el momento en que se procedió a la firma del contrato y a partir de ahí lo entregó todo. Todo este sigilo y hasta desconfianza se desvaneció con la firma y se paso a un agradable ambiente, todo sonrisas y brindis por la culminación del proyecto.

D. Adolfo se impuso la tarea conjuntamente con su hermano Joan de conseguir, en un tiempo récord, la fabricación de los útiles, moldes, matrices y una primera serie de prueba de las piezas metálicas y de material plástico necesarios para la puesta en marcha de la fabricación de los primeros modelos para el mercado español de las antenas ALSI-GREIS y, tan firmemente se lo propusieron y se dedicaron en cuerpo y alma que, en un plazo de ocho meses se disponía del material necesario para la fabricación de todos los modelos de antenas previstos en el acuerdo con la firma ALSI, provocando a un tiempo la admiración y la sorpresa en los Directivos alemanes que no podían admitir en sus cabezas que una firma, española por mas señas, consiguiera tal grado de formalidad en sus afirmaciones. En realidad no lo creyeron hasta que en un viaje a Barcelona comprobaron, por si mismos, la realidad de cuanto se les había comunicado por carta.

Este fue, sin duda, uno de los primeros hitos en la transformación de la pequeña empresa familiar en una gran Sociedad. Eran los tiempos del gran despegue económico de la Compañía.







divendres, 10 d’agost del 2012

NOVELA - CAPITULO 2 (parte)




2



Al volver de la mili con renovadas ansias de iniciarme en la administración de la empresa privada, me encontré con que la plaza de Jefe de Contabilidad que me había sido prometida en la empresa en que había trabajado hasta entonces no podía tenerla, ya que a pesar de la idea que me había sido comunicada antes de mi marcha obligatoria, de que se iba a proceder a una reestructuración del grupo de empresas y de las muchas promesas que se me habían hecho, no se había procedido aún a la referida reestructuración y segregación del grupo de empresas y, por lo tanto, debía seguir en mi puesto de Oficial de primera Administrativo. Esto no era lo previsto y yo no lo podía aceptar ya que consideraba que se trataba llana y simplemente un incumplimiento de lo acordado.

En aquellos momentos mis ilusiones, como las de cualquier joven de mi edad, en los finales de la década de los años 50, era la de ahorrar lo suficiente para poder casarse y establecer una familia. Para ello era imprescindible el conseguir un empleo mejor remunerado, ya que no existía el problema de la obligatoriedad del servicio militar,  ya cumplido, con la consiguiente mejoría en la disponibilidad para la empresa. También, y quizá lo más importante, un puesto con posibilidades de ascensos a cargos de responsabilidad en el futuro. Todo ello se derrumbaba como un castillo de naipes y no lo podía aceptar.

Decidí que lo primordial era cambiar de trabajo. Se me había hecho, o por lo menos yo lo consideraba así, una jugada y por lo tanto se imponía un cambio de aires, así que, dicho y hecho; Sin encomendarme a nadie, empiezo a escribir a los anuncios de La Vanguardia Española (en aquella época se llamaba así) y, al propio tiempo se lo comunico a mi Jefe con el fin de que, si me surgía alguna cosa, poder marchar de inmediato sin esperar al plazo reglamentario. Por suerte, en aquel tiempo no era demasiado difícil encontrar empleos mejor o peor remunerados.

No lo esperaba y tuve la sorpresa de que en la conversación con mi Jefe D. Miguel Jaunat, me reconoció que tenía mucha razón al querer marchar y que, por su parte, también me ayudaría e intentaría encontrarme algún tipo de trabajo que pudiera ser de mi interés. Consideraba, me dijo, que tenía aptitudes para poder estar haciendo trabajos de superior categoría y responsabilidad que los que desempeñaba allí.

Al cabo de pocos días me llama a su despacho y me dice:

- Jeroni, creo que tengo algo muy interesante para ti.

- Don Miguel, me alegra oírle y espero sea cierto lo que me dice, por favor, siga Ud.

- Nuestro Director Comercial Don Joseph Greis, me ha hablado de que necesitan un joven administrativo, con sólidos conocimientos de contabilidad, para su empresa y, ciertamente, he pensado de inmediato en ti. ¿Qué te parece esta oportunidad?.

Algo en mi interior me dijo que aceptara y, lo cierto es que no lo pensé dos veces y le respondí casi sin dejar que terminara de hablar.

- Don Miguel:  ¿adónde hay que ir? ¿Cuándo debo presentarme? ¿Cuánto pagan?

Las preguntas me salía de forma atropellada, una sobre la otra, tanto fue así que incluso me preguntó a su vez:

-¿No sería prudente que primero escuchases la oferta y supieras quienes son, qué tipo de empresa es, cuantos trabajan en ella, etc.?

- Sí, es cierto y como siempre, lleva Ud. razón. Pero, por favor, respóndame Ud. mismo a los interrogantes que ha planteado, puesto que, mejor que nadie, conoce las respuestas.

- Bien, se trata de una empresa pequeña, son aproximadamente 10 o 12 empleados si contamos a los hijos del Sr. Greis, pero creo que puede ser muy interesante ya que, a mi entender, están tocando unos artículos con mucho futuro y, además, ten en cuenta que te puede representar un incremento de tu retribución de casi el 40%. Mi consejo es que vayas a verlos y ya me dirás tu resolución.

Efectivamente aquel mismo día contacté por teléfono con la empresa Talleres Greis y quedé citado para el lunes siguiente por la tarde. Ello significaba que tenía cuatro días por delante para preparar la entrevista y pensar en si era o no de mi interés.

Inmediatamente y como primera providencia solicité un informe comercial de Talleres Greis, con un resultado francamente bueno, y lo comenté con mis padres, quienes me aconsejaron que me asegurase bien de quienes eran y de las posibilidades que podía tener esa Empresa. Mi madre, algo más conservadora, temía que dejara una gran empresa para entrar en una pequeña, ya que se tenía un concepto de seguridad en el trabajo que iba fuertemente ligado al tamaño de la empresa, lo que con el tiempo, se ha demostrado que tiene poca o ninguna relación y es un concepto bastante falso. A pesar de ello, aceptaron que me entrevistara y que decidiera según mi propio criterio y de acuerdo con la opinión que me pudiera formar con el trato personal. Por suerte para mí, mis padres me habían dejado siempre libertad para escoger lo que me pareciese mejor para mi persona, evidentemente después de haber escuchado todos sus razonamientos en pro y en contra, pero la decisión final era solo mía, con todas sus consecuencias para bien o para mal.

Y llegó el lunes por la mañana y mi Jefe inmediato, D. Lorenzo, me llamó a su despacho y me advirtió que si mi decisión era ir a trabajar a aquella empresa tuviera en cuenta dos cosas muy importantes, a saber:

Me dijo:

- Los Sres. Greis son muy buenas personas pero tienen un pequeño defecto, son bastante tacaños, dicho de otra manera, como se dice en Cataluña, "de la Verge del puny"  pero, por otra parte, piensa que puede ser la oportunidad de tu vida.

Creo que siempre, a partir de aquel momento, he tenido presentes en mi mente estas observaciones que venían de una persona de la que puedo decir que es una de las tres personas que más me han impresionado, por su humanidad, en el más amplio sentido de la palabra, en toda mi vida.

Puntualmente me presenté en las oficinas de Talleres Greis y me recibió el pleno de la Empresa. Estaban presentes D. Joseph Greis, sus hijos  D. Jorge, D. Joan y D. Adolfo, además estaba presente su Encargado General D. Sadurní Diumenge, (con el tiempo sería el Director de Fábrica) y se inició un interrogatorio al que supongo mis respuestas serían convincentes ya que, al cabo de unos pocos minutos, había sido contratado y en firme, es decir, sin el normal período de prueba.

De aquella entrevista me han quedado grabadas en la memoria, de forma indeleble, dos cosas:

D. Joseph Greis me comentó: Muchacho, si eres la persona que espero, ten en cuenta que en esta casa, si la Empresa crece también crecen sus empleados y por lo tanto puedes llegar hasta donde llegue la Compañía.

Por otra parte D. Joan me mostró un Balance de la Empresa que, curiosamente abarcaba catorce meses en lugar de un año y que mostraba unas ventas de 3,2 millones de pesetas, lo que me demostraba que, verdaderamente, era una muy pequeña empresa.

A pesar de ello tuve confianza inmediatamente en que había grandes posibilidades de que llegara a ser una gran compañía, sin dudarlo acepté el puesto de trabajo que me ofrecían y fijamos las condiciones de salario mensual que, en aquellos tiempos constituía una muy buena remuneración, ya que ascendía a 3.000 pesetas netas por trece pagas y media, es decir, 40.500 pesetas anuales exentas de impuestos. Fijamos asimismo que mi ingreso sería el 2 de Mayo de 1.959. (Esta fecha ha sido muy significativa a lo largo de mi vida. La primera de ellas mi boda en un 2 de mayo y en otras ocasiones he tenido muy fuertes emociones en tal fecha).

dimarts, 7 d’agost del 2012

NOVELA . CAPITOL - 1


1



Las fiestas de Navidad acostumbran a ser, en todos los hogares, fiestas de paz, de alegre colorido, de reuniones familiares, pero en esta ocasión no fueron así para el protagonista de esta historia y así lo cuenta él mismo.

Cuando llegué a mi casa estaba exangüe, aniquilado, moralmente destrozado, aquella última mañana en la oficina había sido una catástrofe. El Presidente de la Compañía no había querido aceptar mis tesis sobre la posibilidad de que el nuevo D.G. estaba preparando la liquidación de la Sociedad y ello me había llevado, sin otra alternativa posible, a presentar mi dimisión de forma irrevocable y a muy corto plazo.

Después de más de treinta  largos años al servicio de la Compañía, en mi mente, solo quedaba como recuerdo el amargo sabor de ver que no se tenía en cuenta para nada la labor de tantos años, realizada con la abnegación y sacrificio que solo saben poner aquellos que realmente tan solo piensan en como mejorar y salvar la Empresa de tantos y tantos peligros que la cercan en estos difíciles años de crisis.

Mis sentimientos eran una mezcla de rabia y de pesar. Rabia por no poder llegar a explicar mis temores, mis recelos, mis teorías referidas a la situación de la Empresa y la forma de corregirla. Una sensación de pesar ya que, bajo mi punto de vista, se estaba procediendo a una operación que terminaría en la liquidación total y definitiva de la Empresa y ello a espaldas del Consejo de Administración, debido a la ceguera, incompetencia y obstinación de su Presidente.

Con este ánimo y esta tensión abría mi periodo vacacional de las fiestas de Navidad. Mi esposa al recibirme con su habitual y cariñoso beso de bienvenida notó, con su gran sensibilidad femenina que algo no funcionaba bien. Mi ceño fruncido no se correspondía con la ocasión y tirándome de la lengua quiso saber las causas. Aunque hubiera querido no  habría sido posible ocultarle la verdad. Su intuición es tal que, casi antes de que haya atravesado la puerta de mi domicilio ya sabe adivinar cual o cuales son mis humores, sean buenos o malos y ello, siempre, siempre, a pesar de que yo trate de evitar que se puedan traslucir mis sentimientos.

Para poder comprender cuanto queda dicho es necesario que retroceda unos cuantos años hasta el momento en que, debido a la marcha de un personaje que fue denominado con epítetos tan malsonantes como  los de "traidor" o "directivo funesto" y otros de similar concepción soy encumbrado de forma más o menos oficial a la Dirección Administrativa y Financiera de la Compañía y me son otorgados poderes notariales, no reales, de tal amplitud que en la práctica y, especialmente, de cara al exterior, me convierto en el número dos de la Empresa. No obstante, debo insistir de forma muy clara e indudable, que todo ello es más puro formulismo que real ya que en todo el período que siguió no tuve, casi nunca el poder efectivo en mis manos. Solo era aparente, de cara a la galería. y con el fin de poder evitar, a otras personas, los desplazamientos a Madrid, a Bancos, Centros Oficiales, etc. .

Con todo mis responsabilidades han aumentado hasta extremos que podría denominar de peligrosos ya que, jurídicamente tengo la responsabilidad y el poder, pero, en realidad, no hago más que ser la persona que pone su firma y, además da la cara físicamente, para todas aquellas relaciones, operaciones, entrevistas y demás operativos de una Empresa a los que no quiere asistir el Presidente de la Compañía debido a su proverbial timidez, introversión y falta de confianza en si mismo. En muchas ocasiones sus colaboradores más próximos le hemos oído frases como:

- Yo no sé presentarme ante tal personaje, que vaya otro.        ó bien:

- Si lo hace Ud. adelante, a mí... no me meta en estos berenjenales.  
                                                                                                                 Ante este talante es casi imposible desligar una función de otra y como consecuencia de ello empiezan a aparecer mis fotografías en revistas económicas, en las revistas especializadas del sector, y ello, con titulaciones que nunca me he adjudicado y soy totalmente consciente de que no son ciertas pero, debido a que soy la CABEZA VISIBLE, los periodistas deducen cargos que, a pesar de que los estoy representando de facto, realmente no los poseo.

Esto y otras razones que se verán más adelante, me lleva a intentar convencer al Presidente y al resto de los Directivos, de la ineludible necesidad de contar con un Director General o Gerente de la Compañía que administre la Sociedad y que pueda llegar a poner orden en la gran anarquía que por desgracia existe.

Cuando en la reunión de Directores y Accionistas convocada al efecto me permiten exponer mis teorías me encuentro con que, a pesar de mi expresa prohibición, el Director Comercial presenta mi candidatura al cargo de Director General, ello dentro de un programa que se puede considerar como bastante coherente y que llevaría a la Compañía a unos sistemas de gobierno basados en un esquema que consistiría en:

 PRESIDENTE DEL CONSEJO

CONSEJERO DELEGADO (no-accionista)

DIRECTOR GENERAL EJECUTIVO

Este D.G. debería ser promovido al cargo entre el personal Directivo. Este esquema tendría la ventaja de que no se precisaría recurrir a personal ajeno y por lo tanto la fórmula sería una de las menos onerosas económicamente hablando.



Vistos estos planteamientos se produce un fuerte debate en el que se mezclan la sorpresa por parte de algunos directivos, con la incredulidad de otros. No obstante, y a mi pesar, se llega al acuerdo de convocar una nueva reunión para la siguiente semana donde se estudiará a fondo la propuesta y, en su caso, se someterá a votación.



Durante toda la semana la actividad es febril, a toda la marejada que levanta esta propuesta se suma la negativa por parte de Gil Galcero a aceptar la D.G. con lo que Ricardo P. Bardo, temiendo que su propuesta se pueda perder, centra todos sus esfuerzos en conseguir que Galcero acepte logrando al fin que de una forma, hasta cierto punto condicional, dé su consentimiento. Una vez conseguido éste, se lanza abiertamente a convencerme a mí de que acepte pues, según él, es la mejor solución.



Mis dudas son enormes y por ello, después de pensarlo muy a fondo llego a mi propio convencimiento de que vistos los condicionantes en que se mueve la Compañía y teniendo en cuenta, además, que no me sería posible poner en práctica muchas de mis ideas para la Dirección de la Empresa decido negarme a la propuesta de ser nombrado Consejero Delegado y a mi vez sigo insistiendo para que se contrate un Director General a ajeno a la Compañía, un profesional en la materia, ya que considero que a pesar de que esta fórmula sea algo más dura, económicamente hablando y por descontado que emotivamente también es mucho más difícil de aceptar, creo sinceramente que es la mejor solución para lo que, en definitiva queremos, la salvación de la Compañía.



Esta decisión precipita los acontecimientos y después de una tormentosa sesión del Consejo Asesor de la Presidencia  se llega al acuerdo de contratar una Compañía de Selección de Personal para la búsqueda y posterior contratación de la persona que deberá ocupar el puesto de Director General de la Compañía y que, por tanto, estará por encima de todos nosotros en el nuevo organigrama de la misma.



La nueva propuesta presenta una serie de dificultades jurídicas que hay que subsanar pero que, finalmente se vencen y se llega al consenso de un organigrama que en sus principales cargos se define así:



JUNTA DE SOCIOS

 CONSEJO DE ADMINISTRACION

PRESIDENTE DEL CONSEJO

CONSEJERO DELEGADO

DIRECTOR GENERAL

DIRECTORES DE AREA



Después de tan árduas, difíciles e incluso desagradables negociaciones llega el momento de poner manos a la obra y, por lo tanto de llegar a dejar la Compañía en manos de un profesional, ajeno a la misma, que pueda manejar tanto los asuntos propios de una empresa con más de 1.500 millones de pesetas de ventas anuales, como a los ejecutivos que ya existen y que, naturalmente no se dejarán dominar muy fácilmente. A pesar de ello, tengo una cierta sensación interior de haber conseguido liberarme de una serie de problemas personales e incluso de ciertos problemas de conciencia que me permitirán trabajar en las tareas propias de mi Departamento con una mayor dedicación y, en definitiva, lograr un rendimiento superior al poder concentrar mis esfuerzos en la coordinación del área administrativo - financiera.



Durante todo el tiempo que ha durado la negociación relatada me veo obligado, como es lógico, a redoblar mis esfuerzos por alcanzar los objetivos que nos habíamos propuesto y que no eran, precisamente, sencillos de lograr. Estos objetivos pueden resumirse básicamente en dos partes muy bien delimitadas, pero que son complementarias la una de la otra y además no pueden ser separadas ya que no serviría de nada la consecución de una sola de ellas. Podemos decir que se trata de una especie de hermanos siameses que no pueden ser separados quirúrgicamente ya que sus partes vitales son comunes a ambos. Se trata de conseguir, en un plato de la balanza, que las deudas institucionales (básicamente Impuestos no pagados y cuotas empresariales de la Seguridad Social) tengan un tratamiento benévolo por parte de la Administración del Estado y nos sea concedida una moratoria, lo más larga posible, para su pago y, desde luego, de un plazo no inferior a tres años. En el otro plato de la balanza hay que conseguir que la Generalitat de Catalunya acepte ayudar a la Compañía con un instrumento de tal naturaleza que permita aliviar las tensiones de tesorería y, al propio tiempo, relanzar las inversiones necesarias para poder iniciar la fabricación de los productos de alta tecnología que se están, hasta cierto punto, quedando congelados por falta de recursos financieros.

Ante estos planteamientos creemos necesario repartir la tarea mediante la solución de encargar parte de la misma a determinados Asesores externos que puedan, además de establecer la estructura básica de los innumerables informes, proyectos, solicitudes... a presentar, también su acondicionamiento y presentación en la forma y manera aceptables por las distintas Administraciones Públicas, ya que por nuestra parte nos es casi imposible atender al trabajo mecánico del día a día y al propio tiempo a la ingente tarea de establecer los memorándums, cuadros estadísticos, previsiones, etc. que conlleva un plan de estas características y que, partir de ese momento denominamos con el pomposo nombre de PLAN DE VIABILIDAD y que posteriormente transformaremos en el de PLAN DE PROMOCIÓN Y VIABILIDAD que, a mi entender es más ilustrativo de su contenido. A mí me reservan o mejor dicho, me imponen, la parte del trabajo que requiere de las relaciones personales con los distintos estamentos de las Administraciones tanto la Estatal como la Autonómica, con los distintos Ministerios, Consellerías, Direcciones Generales y demás entes. Ello es debido, como siempre, a que quien realmente debiera realizar este cometido no quiere,  o considera que no está suficientemente preparado para ello. No deseo cansar al lector con el detalle de las incontables visitas, citas, llamadas a los distintos Departamentos de la Administración, los viajes a la capital del Estado, a las Consellerías de la Generalitat, con momentos de euforia por la posibilidad de la consecución de algún logro importante, seguidos de estados de ánimo depresivos por la demora en las respuestas, en los presente tal o cual documento, y en fin, al ver que no se consigue la rapidez que, por otra parte, es imprescindible para la Compañía.

No es posible imaginar la cantidad de ocasiones en que has creído resuelto un problema relacionado con una posible subvención, que parece que ya está conseguida y que tienes, o crees tener, ya en la mano y en el momento en que estás ya anímicamente predispuesto a celebrar interiormente su consecución, resulta que a través de cualquier funcionario de segundo o tercer orden te sueltan el jarro de agua fría pues falta el documento equis y lo que parecía seguro ya no lo es.

Cuando menos te lo esperas te encuentras, en cualquier ventanilla, con que te comunican noticias como el siguiente diálogo del que solamente he eliminado los nombres propios. Creo que no tiene desperdicio:

- Señores les hace falta presentar un certificado conforme están al día en los pagos a la Seguridad Social.

- Pero si se lo presente hace ya tres meses y estaba completamente conforme.

- Sí, pero claro, pueden Uds. haber dejado pendiente de pago una de estos tres últimos meses y por tanto no sería posible el certificar delante de la Pagaduría del Ministerio de Hacienda que se cumplen todos los requisitos para la resolución favorable del expediente. Lo siento pero no puedo tramitarlo hasta tanto no me entreguen el certificado actualizado.

Y otra vez vuelta a empezar el peregrinaje por las distintas oficinas públicas para conseguir el ansiado documento que permita, de una santa vez, iniciar al Plan previsto. Y, claro, si pasara una sola vez, pero lo normal es que ocurra en muchas ocasiones para desesperación de quien tiene la obligación de seguir adelante y conseguir el objetivo primordial. Seguir existiendo.






dissabte, 4 d’agost del 2012

NOVELA
























ESPLENDOR Y DECADENCIA





LOS GREIS

UNA EMPRESA FAMILIAR



















Tomas J. Analper







PROLOGO

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Esta es una historia en parte realidad, en parte ficción, que no tiene otra pretensión que la de descargar a su autor de un peso importante que tenía sobre sus espaldas desde que, por distintos motivos, dejó de prestar sus servicios en la industria privada, para dedicarse a su gran afición que es la de poder disponer del tiempo suficiente para escribir.

El hecho de encontrarse por primera vez cesante, en el paro, haciendo gestiones para el cobro de las subvenciones o mensualidades por estar sin trabajo, las largas colas para cualquier trámite le dejaron una huella bastante profunda, que se intuye y adivina a lo largo de toda la historia.

Es difícil reconocer que, de golpe, has dejado de estar en la cima y has pasado a ser, solamente un número, un parado más de los muchos que se encuentran hoy día en esta situación. Has dejado de tratar a ejecutivos, a altos funcionarios, políticos, ministros, empresarios, etc. y te encuentras en medio de la selva, de la jungla ciudadana y no estás entrenado para moverte en ella desde esa posición.

Quien no haya vivido esta experiencia no puede saber de lo que estoy hablando. Es una experiencia muy dura. En muchos momentos estuve a punto de arrojarlo todo por la borda y abandonar, buscar cualquier tipo de trabajo y seguir como siempre, donde estaba,  de donde, según algunos, no debía de haber salido jamás.

Pero hoy me alegro de no haber hecho caso de esos cantos de sirena y haberme dedicado a lo que me gusta, por primera vez en mi vida, hacía y hago, realmente, lo que me gusta y fruto de ello esta historia, hasta cierto punto algo biográfica, en cuanto a las situaciones, pero nunca en cuanto a los personajes que son fruto de la imaginación

A pesar de que, tal vez algunos de los personajes de la ficción puedan establecer algún tipo de parecido con personas reales e incluso con amigos del autor, ello no representa, en absoluto, una descripción de personas, actitudes, filosofías, etc. de ninguna persona en particular, aunque, sí es cierto, que en conjunto, intento describir el clímax en el que me desenvolví durante muchos años de mi vida y que son, en algunos momentos, casi como están esbozados en este libro.





En cierta forma debería decir como el poeta:

                                En este mundo traidor

                                        nada es verdad ni es mentira

                                        todo es según el color,

                                        del cristal con que se mira

                                                                     (Góngora)



No quiero que esta historia pueda ser interpretada como un juicio a mis personajes, hay que tener en cuenta que no son más que eso, personajes de ficción, producto de la imaginación y partes necesarias, imprescindibles, como decorado del ambiente que se trata de representar.

Dicho esto, amigo y creo que paciente lector, le dejo con la historia de la familia de los Greis, que tiene sus momentos duros, sus momentos dramáticos, y también, como no, sus momentos de felicidad e incluso alguna pincelada de humor. No dejan de ser unas páginas que intentan describir una época en una de tantas empresas de nuestro país, felizmente superada y que es difícil pueda volver. Las condiciones en que se desenvolvieron eran fruto de la especial situación en que se desarrollaba la economía y el entorno social en plena Dictadura  y, por lo tanto, en una situación de  inicio de recuperación económica, se han iniciado unas tímidas aperturas de fronteras, una cierta relajación en la represión política, y,  en fin en un inicio de mejora social en la que había una cierta necesidad de aparentar ser algo más que el vecino y por lo que  todo lo que se fabricara era vendible ya que apenas existía competencia y donde no se respetaba demasiado al obrero ya que no existían demasiadas leyes sociales y sí unos gerifaltes que mandaban  demasiado y normalmente de forma injusta, lo que favorecía en gran  manera el desarrollo de grandes fortunas a costa de los bajos salarios y las deficientes prestaciones sociales.

Y no olvido, para cerrar este prólogo las palabras de  Calderón de la Barca:

                      ¿Qué es la vida? Un frenesí.

                                     ¿Qué es la vida? Una ilusión

                                     una sombra, una ficción,

                                     do el mayor bien es pequeño;

                                     que toda la vida es sueño,

                                     y los sueños, sueños son..



*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

dilluns, 30 de juliol del 2012

PENSAMENTS

M'está passant per el cap la possibilitat de iniciar la publicació d'una novela que tinc escrita i que podria anar-la publicant per capitols o d'alguna manera semblant. Si per fi me decideixo ja la veureu i si es que us pot interesar, també m'ho podeu dir i ajudar-me a pendre la decisió. Gràcies

dissabte, 28 de juliol del 2012

DETENCIO D'ANTONI GAUDI

SOLS vull fer un comentari i publicar aquest escrit que va arrivar a les meves mans i que tan sols l'he copiat. No es meu, solsament el haber-lo sabut trobar i crec que es molt interesant i per aixó tinc l'atreviment de publicar-lo al meu blogg.

DETENCIÓ DE GAUDÍ

L’11 DE SETEMBRE DE 1924

per Joan Crexell


A Barcelona, la tradicional commemoració de

l’Onze de Setembre de 1714, l’any 1923 va

acabar malament. En efecte, la força pública

va carregar brutalment contra els milers i

milers de manifestants que cridaven «Visca

Catalunya lliure!» i «Mori Espanya!» davant

l’estàtua de Rafael Casanova. Mai no s’havia

vist tanta gentada ni un fervor patriòtic tan

alt. Dos dies després dels fets, el capità general

de Catalunya, Miguel Primo de Rivera,

donava un cop d’Estat amb el vist i plau del

rei i amb l’anuència de la Lliga Regionalista.

No cal dir que aquest fet, la Dictadura 1923-

1930, comportaria una nova persecució contra

Catalunya, persecució, tot sigui dit, que no va

arribar, ni de bon tros, als extrems de la dictadura

del general Franco.

L’Onze de Setembre de 1924, el primer sota la

dictadura, es van programar alguns actes que

foren prohibits per les noves «autoridades».

Un d’ells era la ja tradicional missa commemorativa

que des del 1899 organitzava la

Lliga Espiritual de la Mare de Déu de Montserrat

—Antoni Gaudí n’era membre d’ençà de la

seva fundació— a l’església dels Sants Just i

Pastor a Barcelona. D’altra banda, sabem que

Gaudí, home profundament religiós, cada tarda

s’adreçava a l’església de Sant Felip Neri a

fer les seves oracions. Amb això volem dir que

la intenció de Gaudí d’anar a la dels Sants Just

i Pastor aquell dia tenia directa relació amb la

missa commemorativa de l’Onze de Setembre.



Un fet poc conegut de la vida del

genial arquitecte modernista és la

seva detenció un Onze de Setembre,

durant la dictadura de Primo

de Rivera. Gaudí, home solitari,

però també solidari i immers en el

ressorgiment nacional català del

primer quart de segle, ens mostra,

amb motiu d’aquest fet, una

faceta cívica i patriòtica digna

d’elogi. Pel que fa a l’ús de la

llengua, és ben sabut que, durant

una visita d’Alfons XIII a les obres

de la Sagrada Família, Gaudí li va

fer les explicacions en català.

També s’expressava en la nostra

llengua amb els visitants estrangers.

Un d’ells, Albert Schweitzer,

explicaria que Gaudí li va dir: «Això

no es pot expressar ni en

francès, ni en alemany, ni en

anglès: tant és així que li ho explicaré

en català i vostè ho comprendrà,

encara que, de català,

no en sàpiga.»



Gaudí, en un dibuix de Joaquim Renart, el 9

de maig de 1926, poc abans de la seva mort.



A l’Arxiu Històric Municipal de Barcelona, apartat

Fulls Volanders, hi hem trobat unes

quartilles escrites a màquina, on s’explica de

forma molt detallada com va tenir lloc la detenció

de Gaudí. Al final de tot hi ha una frase,

ratllada a mà, que diu: «Això, quasi textualment,

és el que n’ha contat el Sr. Valls», és

a dir la persona que va presenciar bona part

dels fets. El text és el següent:

«A les 8.05 del matí del dia 11 de Setembre

de 1924, el Sr. Valls, en anar a en trar a

l’església de Sant Just, fou deturat per un

policia que li preguntà:

—¿

Dónde va Vd.?



Vaig a missa.


—No se puede pasar. Si quiere ir a misa,

puede ir a otra iglesia.


És que jo vull anar a missa a aquesta de


Sant Just.


Pues por esta puerta no se puede pasar.


Pruebe por la otra puerta.



El Sr. Valls va anar per la porta del carrer de

la Ciutat, i allí també li impedí el pas un altre

policia, amb el qual disputà una estona.

En aquest moment es presenta el Sr. Gaudí, i

tot decidit tracta d’entrar a l’església. El policia

el detura preguntant-li:

—¿

Dónde va Vd.?



Vaig a missa.



No se puede pasar.


—Doncs jo passaré.


¡Vd. no pasará! —i l’agafa pel braç.



Per què m’agafa pel braç, vostè?



Siga Vd.


El Sr. Valls intervé a favor del Sr. Gaudí. Els

detenen i els porten tots dos a la Delegació de

Policia de la plaça del Regomir. En fer el policia

la presentació dels detinguts, els acusa

d’haver-lo insultat, a la qual cosa el Sr. Gaudí

diu:

—Mentida, jo no he insultat ningú.



—Cállese Vd.


Jo no puc ni dec callar. Que digui la veritat i


callaré.


Cállese Vd. y siéntese.


Quatre policies fan la indagatòria: un preguntant,

un altre escrivint, un altre parlant amb el

que pregunta i un altre mirant com l’altre

escrivia.


¿Cómo se Ilama Vd.?



Antoni Gaudí.



¿Qué edad tiene Vd.?



71 anys.



¿Qué profesión?



Arquitecte.



Pues su profesión le obliga a Vd. a hablar en


castellano…


La professió d’arquitecte m’obliga a pagar


contribució i ja la pago. però no a deixar de

parlar la meva llengua.


¿Cómo se llamaba su padre?



Francesc Gaudí.



¿Qué es eso de Francesc? Un dels quatre


policies que ajudaven el que preguntava va dir

dirigint-se al Sr. Gaudí:


¡Si Vd. no fuese viejo le rompería la cara;


sinvergüenza, cochino!


Jo a vostè no l’insulto i vostè a mi sí. Jo


parlo la meva llengua...


Si Vd. no fuese viejo...


—No m’insultin, que no hi tenen dret.

En aquest moment arriba una senyora tota

atribolada i, dirigint-se de dret al Sr. Gaudí, li

diu:

—Ai, Sr. Gaudí! M’han dit que l’havien agafat

quan volia entrar a Sant Just, i encara no deu

haver esmorzat! Vol que li porti un vas de

llet?


¿Quién le ha dado permiso para entrar?



A la porta he demanat permís i me l’han


donat.


Siéntese Vd. —la senyora s’asseu. Els policies


estripen tot el que han escrit fins a aquest

moment i tornen a començar. Passa un quart

esmerçat a tornar a fer l’atestat: un policia

dictant, un altre escrivint i els altres dos repuntant-

lo. El Sr. Valls es cansa i alçant-se

diu:


Señores: sería muy triste que la señora


también tuviera que perder toda la mañana

aquí. Sería mejor darle permiso para que saliera

a buscar un desayuno para el Sr. Gaudí.



El policia que dictava va fer:


¡Que se vaya!


El Sr. Valls va afegir:


Y ahora permítanme que les diga que no


comprendo como se molesta de esta manera

a personas honradas...



Un policia:


Cállese Vd. Si no fuese Vd. tan viejo, le


rompería la cara.



El Sr. Valls:


Aquí no tendría ninguna gracia. En la calle


mano a mano ya sería otra cosa.



Tothom calla. Segueixen escrivint al dictat i

els dos policies que ni escriuen ni dicten comencen

a passejar-se per davant dels detinguts,

fent-ne burla amb gestos, com volentlos

dir: ja veurem com en sortireu de tot això.

Torna a entrar la senyora, portant una ampolla

de llet, una copa, un panet de Viena i una

cullera, tot embolicat en un tovalló.

El Sr. Gaudí, remerciant-li l’atenció, esmorza.

En acabar, la senyora recull els trastos i torna

a sortir,

despedint-se del Sr. Gaudí.


Entra un oficial de policia. Parla amb els quatre

que feien la indagatòria i torna a sortir. Al

cap d’un moment, aquests f iquen els papers

que han escrit dintre d’un sobre i criden un

policia:


Acompañe a estos señores a la Delegación


de la Lonja.



Surten. A la porta de la Delegació de la plaça

del Regomir,

entrega el plec i els detinguts a


una parella de policia i aquesta els porta a la

Llotja. En arribar a la Llotja, els policies

entreguen


el plec i els detinguts. Obren el plec, el

llegeixen i tornen a preguntar al Sr. Gaudí per

les generals de la Llei. En arribar a la professió

i contestar «arquitecte», es repeteix

l’escena de la plaça del Regomir, gairebé amb

les mateixes paraules.

El Sr. Valls diu, en castellà:


El Sr. Gaudí está en su perfecto derecho


hablando en catalán.

El «Jefe» de policia:


—¿

Ve Vd., Sr. Gaudí, como su compañero


habla el castellano?



El Sr. Gaudí:

—Sí, ja ho veig; però jo en tinc prou amb la

meva llengua.

El policia, dirigint-se al Sr. Valls:


Y a Vd., ¿por qué lo han traído?


—Yo acompaño al Sr. Gaudí.

—¡Pues ya está aquí de más! ¡Váyase Vd.!

—Yo quiero acompañar al Sr. Gaudí. El Sr.

Gaudí no ha hecho nada que no haya hecho

yo. Y si a él le prenden, también hay que

prenderme a mi.

—¡Guardia! ¡Saque Vd. a este señor!

El Sr.


Valls, sense saber com, es troba al mig del

carrer, a empentes i batzegades. Va esperarse

una bella estona per veure si podia

enterar-


se

de com acabava allò, però de seguida


cregué que el millor era anar a la Sagrada

Família a donar avís del que passava.

L’endemà, el Sr. Valls féu per trobar-se amb

el Sr. Gaudí i li preguntà què li havia passat

després que els separaren. El Sr. Gaudí li digué:

—Em van escorcollar, trobant-me un sant

Crist, uns rosaris i un llibre d’anar a missa,

que em varen tornar. Després em conduïren

per uns corredors de la Delegació i obrint i

tancant tres reixats de ferro, em van deixar

en un

calabosso molt fosc. No vaig distingir


res més que un banc, del qual en acostar-m’hi

se n’alçaren dos h omes, als quals vaig dir:

—Mirin, senyors: m’han detingut en el moment

que tra ctava d’anar a missa. Les meves

armes són aquestes: el sant Crist, els rosaris i

el llibre. Permetin-me que faci les meves oracions

i després estaré per vostès.

Després de resar un xic, vaig preguntar a un

dels detinguts:

—Per què hi és vostè, aquí?

—Fa sis mesos que sóc a la «Modelo» i m’han

dut avui aquí on em donaran els papers necessaris

per a quedar en llibertat.

—I vostè?

—Perquè venia fruita pel carrer. Després de

prendre’m la fruita m’han posat cinc duros de

multa, i no tenint-los per pagar m’han dut

aquí.

Entra un policia: porta uns papers que

entrega


a un dels detinguts i el posa en llibertat. En

havent sortit aquest, el policia diu al Sr. Gaudí

que li ha estat imposada una multa de cinquanta

pessetes i que, si les paga, el posaran

immediatament en llibertat.

El Sr. Gaudí diu que no les porta.

El policia fa:

—Doncs s’haurà de quedar!

Surt i tanca. El Sr. Gaudí començà a pensar a

quin amic, proper a la Delegació , podria escriure,

demanant-li les cinquanta pessetes, i

es decidí per escriure al Sr. Rector de la Mercè.

Demanà al policia que es passejava per

defora del reixat, paper, tinter i ploma per a

escriure. Escriu al Sr. Rector de la Mercè, demanant-

li setanta -cinc pessetes: 50 per a

pagar la seva multa i les altres 25 per a pagar

la del pres que estava amb ell. Demana al

policia si podrien fer-li la me rcè de donar curs

a la carta, a la qual cosa aquest a ccedí.

Molt aviat comparegué el Sr. Rector, i en cerciorar-

se que efectivament el Sr. Gaudí es

trobava pres i que era ell qui li havia escrit, li

donà les setanta-cinc pessetes, amb les quals

pagà la seva multa i la de l’altre pres. Al cap

de poca estona sortiren en llibertat, juntament

amb el Sr. Rector.

Al carrer, el pres —que era castellà— li va

demanar plorant al Sr. Gaudí el nom i

l’adreça, per a tornar-li les vint-i-cinc pessetes

així que pogués. I el Sr. Gaudí li digué:

—La caritat no es torna. Si un dia us trobeu

com jo avui, en el cas de poder fer un acte de

caritat, feu-lo pensant en les 25 pessetes que

em voldríeu tornar.

Així acaba aquesta relació dels fets. El 7 de

juny de 1926 Gaudí fou atropellat per un

tramvia vora la plaça de Tetuan. Traslladat a

l’Hospital de la Santa Creu, va morir al cap de

dos dies sense haver recuperat el coneixement.

Com que anava vestit molt senzillament

i no portava documentació, no es va saber qui

era fins poc abans del seu traspàs.



Crexell, Joan.



Detenció de Gaudí l'11 de setembre de 1924.



Serra d'or. (1987, setembre), any XXIX, núm.

335, pàg. 17-19.

http://racocatala.com/cat1714/antonigaudi.htm